La visita de la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, a Quito ha sido evaluada más por el gesto político que por la consecución de acuerdos bilaterales concretos.
Los días previos a su llegada se puso en debate una serie de temas prioritarios para la relación de ambos países. El pedido de ampliación a cuatro años de la renovación de las preferencias arancelarias andinas fue quizás el punto más ambicioso de la agenda gubernamental.
Sin embargo, y como lo reveló el martes el canciller Ricardo Patiño, Clinton escuchó ese pedido sin que exista ninguna resolución en firme. Esto se explica porque es el Congreso de los Estados Unidos el que debe decidir o no por el futuro de las preferencias para Ecuador.
Sin embargo, en la entrevista exclusiva que Clinton concedió a Ecuavisa dijo ser partidaria “de una renovación a largo plazo… porque valoramos la relación comercial con Ecuador”.
A su juicio, se trata de una relación comercial muy fuerte y por lo tanto el pedido de Ecuador pudiera ser considerado. En lo que Clinton mostró cautela es en el replanteamiento que, para el Gobierno de Ecuador, debe tener la política comercial entre las dos naciones.
El presidente Rafael Correa no cree en tratados de libre comercio sino más bien en acuerdos comerciales para el desarrollo. Pero Clinton insistió en la entrevista a Ecuavisa que el componente del narcotráfico es fundamental para su agenda.
Las preferencias arancelarias que EE.UU. concede a Ecuador, Colombia, Perú y que lo hacía con Bolivia se fundamentan en la lucha contra las drogas que se libra en cada uno de esos países.
Otro de los temas trascendentales que reveló Ecuavisa fue la posición tajante de Clinton, con respecto a la supuesta participación de las fuerzas militares de su país en el ataque de Angostura, el 1 de marzo del 2008.
“Hemos dicho repetidamente que no estuvimos involucrados en ese ataque. Ahora, Estados Unidos provee equipos militares a Colombia y a otros países, pero reitero que no tuvimos nada que ver”, enfatizó.
Al respecto, el ministro de Seguridad Miguel Carvajal afirmó que, precisamente, para evitar cualquier suspicacia sobre el ataque es vital que Colombia entregue a Ecuador la información sobre el operativo Fénix.
La idea es conocer el armamento utilizado y si hubo o no cooperación internacional, además de los efectivos que participaron y cómo se logró la ubicación del campamento ilegal.
Más allá de estos temas, el embajador de Ecuador en EE.UU., Luis Gallegos, señaló ayer en Notihoy que la visita de Clinton es un hecho histórico. “Se han sentado las bases para un diálogo permanente”.
A su juicio, es destacable que se haya tratado temas importantes para la región y Ecuador en un marco de respeto al otro, sin tratar de hacer imposiciones.
La agenda en Bogotá
En la visita de Hillary Clinton, ayer a Bogotá, se ratificó el apoyo político, comercial y militar que EE.UU. da a Colombia.
A más de las reuniones con el gobierno de Álvaro Uribe, la funcionaria dialogó con los dos candidatos finalistas para las presidenciales del 20 de junio.
La primera reunión fue con el oficialista Juan Manuel Santos. Ambos analizaron el acuerdo militar que permite a tropas estadounidenses usar siete bases colombianas.
Según Santos, fue un “error” no haber transparentado antes el contenido del convenio para no preocupar a la región.
El segundo turno fue para el candidato Antanas Mockus. Él le propuso una política antidroga que vaya más allá del campo militar. Corresp. en Bogotá