Bolivia decidirá la reelección en consulta; Ecuador, vía Asamblea

La figura de la reelección presidencial en la región tendrá a los gobiernos de Ecuador y Bolivia como protagonistas en los próximos meses. El objetivo de los grupos políticos que por ahora dominan en estos países, Movimiento Al Socialismo (MAS), en Bolivia y Alianza País (AP) en Ecuador, es permitir que sus mayores líderes puedan ir a las urnas una vez más. Sin embargo, los caminos para permitir una nueva postulación de Evo Morales y Rafael Correa tendrán distintas sendas.

En Bolivia, una comisión de la Asamblea aprobó esta semana un proyecto de reforma parcial de la Constitución que modificará el artículo 168 para que se permita un mandato y dos reelecciones consecutivas, en lugar de una, como está permitido ahora. En este caso, la reforma será sometida a un referendo el 21 de febrero del 2016 y donde los bolivianos podrán pronunciase sobre la propuesta.

En el caso de Ecuador, la posibilidad de consultar a los ciudadanos sobre la figura de la reelección fue desechada por la Corte Constitucional. Sus jueces establecieron que el método más idóneo para reformar la Carta Magna era una enmienda constitucional, cuya responsabilidad recae exclusivamente en la Asamblea Nacional. La mayoría oficialista tiene previsto aprobar los cambios en diciembre de este año.

La obra ‘La Reelección Presidencial indefinida en América Latina’ de Mario Serrafero, cuenta que en la década de los ochenta los países que retornaban a la democracia seguían la consigna de la prohibición de reelección inmediata: la razón es que existía cierta asociación entre esa figura, la continuidad en el poder y la experiencia de los gobiernos militares que no fijaban plazos a su dominio.

Luego, en la década de los noventa, se comenzó a establecer la reelección inmediata y en el último siglo se ha dado una “variante extrema”: la reelección ilimitada que tiene en Venezuela su primer ejemplo. Pero también hubo experiencias de los gobiernos de la derecha de la región como con Alberto Fujimori, en Perú, y Carlos Menem, en Argentina.

El oficialismo en Ecuador sostiene que la intención de la reforma a la Constitución, relacionada a la reelección de las autoridades, pretende ampliar los derechos ciudadanos.

Miembros de la Comisión Legislativa que difunde las enmiendas como Soledad Buendía o Gabriel Rivera aseguran que existen diferentes procedimientos y en Ecuador impulsan una enmienda, que es tan legítima co,p una consulta popular. Rivera apela a la soberanía, “el hecho de que Bolivia vaya a un proceso de referéndum no desmerece el proceso ecuatoriano”. Otros como Gilberto Guamangate dicen que en este momento “una consulta popular sería costosa”.

La oposición sostiene en que consultar a los ciudadanos es el camino para una reforma que implique la reelección indefinida de las autoridades. Agrupaciones como Creo insisten en ese pedido e incluso se convirtió en una de las plataformas de lucha de los sindica-tos e indígenas opositores, que anuncian nuevas movilizaciones para que la Constitución no sea modificada vía enmienda.

Para el jefe del bloque de Creo, Patricio Donoso, el presidente Correa debería aprender de “este acto democrático de Evo Morales que ha manejado de manera correcta la de-mocracia”. Recordó que Hugo Chávez elevó a referéndum la reelección indefinida, figura que ha sido criticada por líderes latinoamericanos como José Lula Da Silva y José Mujica.

En Bolivia, al igual que en Ecuador, varias voces se han opuesto a esa figura. Los expresidentes Carlos Mesa, Jaime Paz y Jorge Quiroga rechazaron a la pretendida re-reelección por considerar que no es sana dentro de un sistema democrático fuerte.

El analista Luis Verdesoto señaló que en Bolivia y Ecuador quienes impulsan la reelección son “empresas políticas” que no pueden subsistir sin los liderazgos populistas. “MAS y AP no podrían pensar en la continuidad de sus proyectos sin que estén presentes estas cabezas”, aseguró.

En cambio para Santiago Basabe está de por medio un cálculo político. Analiza que para Morales, con el 75% de popularidad, le es más fácil ganar un referendo que al presidente Correa, que pese a tener entre el 55 y el 61% de aprobación, tiene una situación más complicada por el tema económico. “El problema es que la competencia electoral no se da en igualdad de condiciones”.

Debate 

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