Asambleísta Tomás Zevallos quiere consolidarse en su provincia

El asambleísta Tomás Zevallos gritaba para que los estudiantes lo escucharan. Él prefirió ceder el micrófono a los alumnos perjudicados por el cierre de las universidades categoría E en Orellana y escuchar sus quejas. Zevallos estaba sentado tras una mesa y oía atento el reclamo de quienes acudieron al Auditorio del Consejo Nacional Electoral en el Coca.

La cita se dio el lunes, a las 10:30. Zevallos instó a los alumnos a que fueran a la Asamblea Nacional para pedir una solución a su situación: Orellana, como otras provincias amazónicas, no tiene universidades públicas para acoger a los estudiantes de las instituciones cerradas.

La decisión fue aplaudida por los asistentes y Zevallos incluso ofreció pagar los pasajes de avión a cinco representantes estudiantiles. “Pero que quede claro, que el pasaje solo es de ida. Tendrán que regresar de Quito en los buses que nos faciliten autoridades de Orellana”, acotó el asambleísta.

Con cierta ironía aclaró que si hubiese recibido dinero por el voto a favor de la Ley de Comunicación, como aseguraba la oposición, tendría para dar boletos a todo el estudiantado. “Me satanizaron por exigir que el Proyecto de Ley se apruebe artículo por artículo. Estas son las consecuencias de aprobar una Ley (de Educación Superior) en tongo”.

La aprobación de la Ley de Comunicación, artículo por artículo, es la bandera que enarbola el legislador desde el pasado miércoles 11 de abril. La posición de Zevallos se hizo visible cuando el Régimen no contaba con los votos suficientes en la Asamblea para viabilizar la cuestionada ley.

“Durante todo el mes pasado (marzo), yo había manifestado públicamente que debe aprobarse una Ley de Comunicación. Pero no una ley a la medida del presidente de la República (Rafael Correa)”, explicó Zevallos en una entrevista a Teleamazonas. El asambleísta adujo que esa posición la ha mantenido desde que entró en análisis la Ley de Comunicación.

A María Vera, directora de Capacitación de Sociedad Patriótica (SP) en Orellana, no le sorprende la postura de Zevallos en la Asamblea. “Llegó a nuestro partido indicando que se desafiliaba del Partido Socialista. Pero el día que llegó a la Asamblea dijo que ya no pertenecía a SP”.

Vera considera que el legislador podría consolidarse políticamente de la mano de un partido fuerte. “Él está buscando lo que mejor le convenga. Por más que hable mal del Gobierno, podría ser un futuro candidato de Alianza País”. La militancia política del asambleísta comienza con la juventud socialista, a mediados de los 80. Así lo resume Milton Villagrán, secretario provincial del Partido Socialista. Villagrán explica que conoció a Zevallos en Guayaquil y hasta el 2009 el actual representante de Orellana estuvo en dicho partido.

En aquel año el asambleísta se presentó a los comicios para un puesto en la Asamblea bajo la tutela de SP, a donde ya no pertenece, según explica Vera. La acción de presentarse amparado por otro partido no fue bien vista por los socialistas: Zevallos fue expulsado del Partido Socialista en octubre del 2010. Pese a la decisión del asambleísta, su fuerza política no se afianza totalmente en Orellana. Su voto no arranca opiniones contundentes de autoridades provinciales. Por ejemplo, Rosario Cortez, gobernadora de Orellana, manifiesta su respeto a las decisiones políticas de Zevallos. “Como gobernadora y conciudadana soy una espectadora más. Él tendrá sus razones para hacerlo”.

Incluso miembros del Partido Socialista, como Villagrán, prefieren no exacerbar la situación. Para este militante político las decisiones como la de Zevallos “siempre traen cola. Son decisiones que no son unipersonales”. Aunque considera que el asambleísta no ha tenido mayor presencia política en Orellana.

¿El voto 63?
En el marco  de la Ley de Comunicación, Zevallos propuso la moción de que la Ley sea aprobada voto por voto, se aprobó su propuesta.
En media votación     abandonó el Pleno para “brindar una entrevista”. Fernando Cordero suspendió la sesión. Asambleístas de oposición lo acusan de traidor.

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