La moción para que tres de los vocales del Consejo de la Judicatura (CJ) fuesen destituidos por sus “acciones y omisiones” alcanzó 87 de los 92 votos que se requerían para su aprobación. Esta vez se rompió a la mayoría de oposición que venía operando en la Legislatura.
Los asambleístas independientes John Vinueza y Bruno Segovia describieron a este proceso como “un juego de tronos” y “una pelea de hienas”. Además, hubo un cruce verbal entre Fernando Villavicencio y Ronny Aleaga, quienes intercambiaron los epítetos “denunciólogo” y “narco” al arrancar el debate.
Sin embargo, esta votación podría ser reconsiderada en una próxima sesión, ya que el Presidente de la Asamblea, Virgilio Saquicela, clausuró la sesión sin agotar todo el procedimiento, pues no dio paso a la reconsideración de la votación, un artilugio legal que supone dejar las decisiones del Pleno del Parlamento en firme o ganar tiempo para renegociar votos.
“Lamentamos que en esta ocasión la celeridad del Presidente de la Asamblea no haya permitido que la reconsideración no haya sido presentada, como normalmente suele ocurrir y, en función de eso, la votación queda abierta hasta la próxima sesión”, dijo el jefe de bloque de Creo, Juan Fernando Flores.
El trámite
El PSC y el correísmo ingresaron a la sala sin asegurar los 92 votos para la destitución. Sus discursos fueron dirigidos a persuadir a los indecisos.
La moción encontró resistencia. “No recibimos órdenes ni de Bélgica, ni de Guayaquil, ni de Cotopaxi”, dijo la subcoordinadora del bloque indígena, Sofía Sánchez, después de que Peter Calo los llamara a acoger el pedido del presidente de la Conaie, de que voten a favor de la moción.
La sorpresa la dio la bancada de la Izquierda Democrática (ID). Atrás dejó los enfrentamientos con el correísmo y el PSC, por la destitución de Yeseña Guamaní como vicepresidenta de la Asamblea Nacional.
A pesar de la resolución del consejo directivo de este partido, de que debían abstenerse de votar, Guamaní, Wilma Andrade y otros ocho legisladores, junto al coordinador de la bancada Marlon Cadena, anticiparon que votarán a favor. Los disidentes negaron sus votos al correísmo.
La presentación de pruebas tomó ocho horas, en dos jornadas. A su salida del Palacio, los vocales interpelados Fausto Murillo, Ruth Barreno y Juan José Morillo se dieron tiempo hasta de posar para fotografías. La expresidenta María del Carmen Maldonado no se presentó y envió un escrito.
Todos defendieron el proceso de evaluación que terminó en la remoción de 26 jueces y conjueces de la Corte Nacional, en 2019, y que fue tachado de ilegal por los interpelantes, que defienden a coidearios como Rafael Correa, Jorge Glas o Raúl Carrión, sentenciados por corrupción por los magistrados que designó la Judicatura. De ahí que si esos funcionarios son censurados, se podría armar un caso jurídico para impugnar sus fallos en la justicia nacional e internacional.
87 votos a favor y 49 abstenciones fue el resultado del juicio político impulsado por el correísmo y el PSC para destituir a los vocales del Consejo de la Judicatura.