Quito es uno de los bastiones políticos más importantes del país. Por ello, la mayoría de partidos busca consolidarse en la ciudad, como una medida para asegurar buenos resultados en los próximos comicios.
Pero en los barrios de la ciudad estas propuestas no son visibles.
En las últimas elecciones para concejales municipales de Quito, partidos tradicionales como la Izquierda Democrática perdieron su fuerza y cedieron espacio a Alianza País (9 ediles). En el 2007, de los 15 concejales, ocho eran de la ID. También hubo representantes de Sociedad Patriótica, del Prian, del PSC y solo una concejala era de Alianza País.
Ahora, los partidos y movimientos nuevamente se centran en buscar el respaldo de los quiteños. No para tener votos, sino para lograr afiliaciones y adhesiones para reinscribir a sus agrupaciones políticas ante el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Alianza País concibe este proceso como un reto para consolidar un proyecto político y armar una estructura de base en la ciudad.
Su principal objetivo ha sido repetir un estilo de gobierno que se aplica desde Carondelet. El concejal Norman Wray sostiene que la intención es concretar el cumplimiento de los derechos fundamentales contemplados en la Constitución, como salud, educación, acceso a servicios básicos…
No obstante, ese estilo ha sufrido críticas. Las más fuertes son las propuestas de revocatoria para el alcalde Barrera y para el vicealcalde Ernesto Albán.
La segunda fuerza política, Sociedad Patriótica, en cambio ha centrado su labor en renovar su plan de gobierno y en recoger las firmas de respaldo.
Para ello, realiza talleres y seminarios de capacitación a sus cuadros políticos y líderes barriales. El objetivo es terminar de redactar su nuevo plan de trabajo hasta mediados del próximo año, cuando lo presentarán ante el CNE. El centro de su propuesta es el ser humano, según el asambleísta Gilmar Gutiérrez.
En la colección de rúbricas, 65 dirigentes cantonales trabajan todos los días. Ellos se han dividido el trabajo en la ciudad en cinco zonas. Cada una abarca cerca de 250 barrios de Quito.
Un esquema similar tiene el Prian. El concejal Alonso Moreno señaló que su partido busca acercarse a los dirigentes de los 3 500 comités barriales, que están subordinados en 4 sectores de Quito. La zona sur que compren-de hasta la Villa Flora, la zona centro que llega hasta la av. Pa-tria, la zona norte hasta Carapungo y la zona de los Valles. En cada área hay un dirigente encargado de reunir a los líderes.
El primer propósito es lograr un acercamiento ideológico para que la gente se comprometa a trabajar en conjunto. Esto facilitará la campaña de afiliación al partido, que se iniciará en enero.
El Movimiento Municipalista, que agrupa a ex militantes de la ID, ha centrado su trabajo en reuniones para la reestructuración y fortalecimiento de la agrupación. “Hemos tenido reuniones con las bases que ya tenía el partido en los distintos sectores del Distrito. Sin embargo, no podemos decir que hay un bastión del Movimiento”, señaló el concejal Pablo Ponce.
Los otros movimientos, que hoy tienen representantes en el Municipio, todavía no piensan en mantener una vida política en el futuro. Este es el caso del Movimiento Uno, que auspició a Macarena Valarezo como candidata.
Los dirigentes barriales no han visto mayor actividad política en sus zonas. Ellos creen que las agrupaciones solo los buscan en época electoral.
La visión de dos barrios
Carla Calapaquí, dirigente del barrio La Llanura, en el norte de Quito, aseguró que en su sector no se realizan reuniones de ningún partido. “Las asambleas que se han efectuado han sido por convocatoria del Municipio para discutir sobre obras”. Ella cuenta que el 30 de septiembre, Alianza País envió buses para que la gente vaya a apoyarlos. Además, recuerda que el asambleísta Virgilio Hernández fue al barrio para la discusión de la Ley del Cootad.
Nemo Domínguez, dirigente de Chillogallo, dijo que en su barrio no hay actividad política. “Nosotros trabajamos en la recolección de firmas para la revocatoria del mandato del alcalde Augusto Barrera. Antes apoyábamos a País, pero ya no”.