Las reformas al Código de la Democracia, que se debaten en la Asamblea Nacional, demuestran que el comportamiento de Alianza País no se diferencia del que tuvieron los partidos políticos hasta el 2006, cuando triunfó el proyecto de la ‘revolución ciudadana’.
La bancada oficialista ha iniciado conversaciones y primeros acuerdos con agrupaciones como el PRE y Madera de Guerrero, para cambiar las reglas de juego electoral, de cara a los comicios del 2013. Si esas reformas se consolidan, la democracia ecuatoriana cumplirá 33 años manteniendo el mismo patrón de inestabilidad y poca continuidad en la reglamentación jurídica de los procesos electorales.
En 1978 se eligieron los legisladores en segunda vuelta. Pero en 1984 pasaron a la primera. Hasta 1994 estaba prohibida la reelección de diputados y la renovación parcial del Congreso se hacía cada dos años. En 1997 se cambió este sistema y en las listas de candidaturas pluripersonales ya no era obligatorio votar en plancha por los candidatos de un partido determinado, sino que el ciudadano podía escogerlos de entre varias listas. Asimismo, entre 1978 y el 2009, se ensayaron casi media docena de fórmulas matemáticas para asignar escaños (ver cronología).
A las puertas del 2012, la historia parece repetirse. El proyecto de reformas que se analiza en la mesa de Justicia de la Asamblea apunta a tres temas esenciales. Estos, según cuatro políticos y un matemático consultados por este Diario, beneficiarán a los candidatos de Alianza País.
Los dos primeros generaron un amplio espacio de debate en la opinión pública la semana pasada. Se trata del cambio de método para la adjudicación de escaños y la posibilidad de que las elecciones de asambleístas se realicen en primera vuelta, como siempre ha sido, y no en la segunda como lo planteó el presidente Rafael Correa en su veto al Código de la Democracia hace tres años.
El tercer tema polémico de la reforma impide que el candidato, cuya inscripción sea invalidada por el Consejo Nacional Electoral (CNE), recurra al Tribunal Contencioso Electoral, como instancia de apelación.
Estos tres escenarios marcan un libreto que ha sido criticado. Por ejemplo, para el matemático Germán Rojas, el actual esquema de asignación de escaños conocido como método de Hare, beneficia a las minorías. Mientras que el método propuesto por A. País, que es el D’Hondt -calificado de inconstitucional en el 2004-, es una fórmula que tiende a concentrar el poder (ver cuadro superior). Los cálculos matemáticos determinan que si en la elección para asambleístas del 2009, regía el método D’Hondt, A. País hubiese tenido 73 sillas y no 55.
María Paula Romo (Ruptura 25), miembro de la Comisión de Justicia, confirmó que este cambio de método es una propuesta de A. País. Pero la oficialista Marisol Peñafiel desmiente esa versión, asegurando que esta es una propuesta que nació del debate en la Comisión. Esto, tras recordar que fueron Andrés Roche (M. de Guerrero) y Saruka Rodríguez (PRE) los que propusieron poner la elección de asambleístas en primera vuelta y no la lista 35.
La tensión política se traslada al Pleno de la Asamblea, pues hasta el próximo 20 de enero está permitido realizar cualquier reforma de tipo electoral. Es decir, un año antes de los comicios.
Para el asambleísta Jorge Escala (MPD) hay un “fraude electoral” en marcha. “Plata del pueblo para financiar la campaña, árbitro propio en el CNE, y los cambios a las reglas del juego”. Según este legislador, las reformas son porque A. País está preocupado por el apretado triunfo en la consulta popular de mayo. De allí que queda flotando la idea de que los acuerdos en la mesa de Justicia eran una especie de ‘café para todos’. Es decir, que el oficialismo aceptó la elección de asambleístas en primera vuelta, un hecho que beneficia potencialmente a todas las agrupaciones que presenten un candidato presidencial, por el factor arrastre. Pero, a cambio, se adopta el método D’Hondt que por su fórmula de divisores beneficia a las tiendas con mayor votación.
El tercer tema tiene que ver con la derogatoria del art. 106 del Código de la Democracia. Es decir la imposibilidad de apelar la decisión del CNE de descalificar la inscripción de alguna candidatura. La medida fue propuesta por el ex presidente Omar Simon, pero para los asambleístas Escala y Rafael Dávila se trata de un cambio peligroso que dejará indefensos a los candidatos de oposición, pues todo el poder de armar la papeleta electoral del 2013 estará en manos de un CNE, donde el oficialismo tiene el control.
[[OBJECT]]
La cronología
1978-1979
Los candidatos a la Cámara Nacional de Representantes (actual Asamblea Nacional) fueron elegidos en la segunda vuelta, cuando triunfó Jaime Roldós. Su partido, el CFP, no tuvo mayoría absoluta parlamentaria en esa contienda.
Entre 1978 y 1996
Los escaños se repartían con la fórmula de “cocientes y residuos”. Hasta 1996 estuvo vigente el ‘ voto en plancha’ que consistía en hacer una cruz en la lista del partido de preferencia del elector.
Mayo de 1997
Fabián Alarcón propuso una consulta popular que modificó las reglas del juego electoral de manera radical: se propuso el voto de candidatos a diputados entre varias partidos; ya no en plancha.
Junio de 1998
La Asamblea Constituyente, liderada por el PSC y la DP, dispuso en una reforma que el método D’Hondt sea la fórmula a aplicarse para la distribución de escaños. Estuvo vigente hasta el 2002.
2004-2009
El Tribunal Constitucional echó abajo el Método D’Hondt y el Supremo Electoral decidió aplicar el Método Imperiali. Pero por decisión del TSE, en el 2007, se reemplazó este método por el de Hare, a punto de ser reformado…