Hoy se conmemoran 31 años del fallecimiento del ex presidente Jaime Roldós Aguilera en un accidente aéreo en Loja, tras la conmemoración de la Batalla de Pichincha de 1822.
Como si se hubiera anticipado a su fatal destino, Roldós pronunció un sentido discurso de unidad nacional y política en defensa de la soberanía. Fue la tarde del 24 de mayo de 1981, en el estadio Olímpico, minutos antes de subir al avión que se accidentó en el cerro Huayrapungo, en Loja.
Aquí un extracto de ese discurso: “Probemos el amor de la patria cumpliendo cada quien con nuestro deber. Nuestra gran pasión es y debe ser el Ecuador. Nuestra gran pasión, oídme; es y debe ser el Ecuador. Este Ecuador que no lo queremos enredar en lo intrascendente, sino en lo valeroso, luchador infatigable, forjando un destino de grandeza. El Ecuador heroico que triunfó en Pichincha, el Ecuador de los valerosos de hoy, heroicos luchadores de Paquisha, Machinaza y Mayayacu, inmolados en estas legendarias trincheras. El Ecuador heroico de la Cordillera del Cóndor. El Ecuador eterno y unido en la defensa de su heredad territorial. El Ecuador democrático, capaz de dar lecciones históricas de humanismo, trabajo y libertad. Este Ecuador Amazónico, desde siempre y hasta siempre. ¡Viva la patria!”.
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Cuando sucedió la tragedia, Roldós llevaba dos años en el poder. Su esposa, Martha Bucaram, también falleció en el accidente. “Fue una muerte temprana 40 años él, 39 años ella”, narró hoy su hija y ex asambleísta constituyente, Martha Roldós, en su cueta de Twitter.
Roldós nació en Guayaquil el 5 de noviembre de 1940. Fue el presidente más joven de la República y el primero desde el retorno a la democracia (1979-81).
En Guayaquil desempeñó cargos como Secretario del Municipio en dos alcaldías, Inspector Jurídico de la Superintendencia de Bancos, profesor y Decano de la Facultad de Jurisprudencia de la U. Estatal de Guayaquil. Además, fue presidente de la Junta Monetaria, en 1979.
Roldós asumió la Presidencia como figura de consenso entre Concentración de Fuerzas Populares y la Democracia Popular.
En el poder, impulsó al sector agrícola, continuó con la política de nacionalización de petróleo y promovió un discurso antioligárquico, lo cual provocó roces con su vicepresidente, Osvaldo Hurtado.
Afrontó la guerra de Paquisha, en 1981.