Un total de 11 delegaciones de observación internacional, integradas por alrededor de 300 personas, examinarán las elecciones del 23 de febrero.
De ellas, la más importante por trayectoria es la de la Organización de Estados Americanos (OEA), cuya primera misión en el país llegó 1968 y que desde 1996 ha seguido 14 procesos electorales.
No obstante, desde el Consejo Electoral (CNE) también se destaca la presencia de la veeduría de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Ambas misiones ya estuvieron en el país en las presidenciales del 17 de febrero del 2013 y emitieron una serie de sugerencias para este proceso.
Junto a las otras nueve misiones, estarán presentes en dos actividades claves: el simulacro de 26 de enero, así como la prueba del voto electrónico en Azuay y Santo Domingo de los Tsáchilas, el 1 y 2 de febrero.
Desde mediados de febrero, ya estarán de manera permanente en el país hasta que finalicen los comicios y entreguen el informe y las sugerencias.
Paúl Salazar, vicepresidente del CNE, afirma que han aplicado las recomendaciones del año pasado, como entregar el padrón a las tiendas políticas.
En cambio, hay otras que están en marcha, como capacitación a los miembros de las mesas electorales y de las Juntas Intermedias de Escrutinio.
La recomendación más delicada planteada por la OEA fue “reducir los riesgos asociados al uso de recursos públicos con propósitos electorales”.
El CNE ha recorrido el país junto a Contraloría monitoreando la campaña anticipada. Según su informe, hasta un día antes del inicio de la campaña el gasto electoral anticipado fue de USD 732 199. La consejera Roxana Silva anunció que se contabilizó 4 860 evidencias de esas infracciones, que serán imputadas al gasto.
Esa es, por el momento, la única acción que puede tomar el ente rector. La reducción de esos riesgo “se logra con más controles”, dice Salazar.
Para reforzar la vigilancia, la firma Sifuturo ganó la licitación del CNE monitorear a los medios las 24 horas de los 45 días de la campaña. En este lapso los candidatos solo pueden pautar con fondos estatales.
La figura presidencial
En la lógica de la reelección de las autoridades locales, el Presidente de la República dijo que se “meterá de lleno” a la campaña para apoyar a los candidatos locales de la lista 35.
Si bien pidió una licencia de dos días a la Asamblea y aceptó “con humildad” el exhorto de Domingo Paredes, presidente del CNE, para no promocionar candidaturas en las sabatinas, su actividad ha sido evidente en el período preelectoral.
Por ejemplo, estuvo en la inauguración de obras en Quito, junto al alcalde Augusto Barrera. Ese fue el caso de la apertura de un tramo de la Ruta Viva en diciembre. Esa actividad le granjeó críticas de opositores.
Frente a ello, Paredes dijo que no encontraba “nada ilegal” en que Correa acompañe en la inauguración de obras de una autoridad territorial.
Para el CNE, hay dos organismos cuya presencia es destacable en este proceso. Uno, la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore), creada en 1991 y conformada por los entes electorales de 29 países. Dos, el Instituto Electoral para una Democracia Sustentable en África.
Para Santiago Nieto, de Informe Confidencial, quien ha seguido desde hace 25 años los comicios en el país, hay tantas organizaciones electorales que es difícil conocer a todos.
Pero sostiene que “mientras más observadores es mejor” porque garantizarán la transparencia del proceso. No cree, en cambio, que la ausencia de la Misión de la Unión Europea (UE) o del Centro Carter signifique un problema. Aunque al ser instituciones con una larga experiencia, sí otorgan una mejor percepción desde la opinión pública.
La ausencia de estas dos organizaciones tiene sus razones. Por una parte, la Fundación Carter no ha estado en todos los comicios del país.
En el caso de la UE funciona el sentido de reciprocidad: ellos no cursan invitaciones para ser observados y el CNE “tiene la potestad” de invitar a los organismos que considere.
Al profesor de Ciencias Políticas de la U. Andina, César Montúfar, le preocupa la ausencia de veedurías nacionales como la de Participación Ciudadana, que solo vigilará el voto electrónico en Azuay y en Tumbaco. También le inquieta que la observación externa legitime el proceso con criterios políticos antes que técnicos.
La misión de la Unasur
Para este proceso electoral, la delegación estará conformada por un representante especial del Consejo de Cancilleres, un coordinador general y tres funcionarios por cada país miembro que tengan experiencia en temas electorales.
La misión de la OEA
El 12 de noviembre del 2013, el CNE y la OEA firmaron el acuerdo de privilegios e inmunidad de la comitiva de observadores electorales del organismo. José Miguel Insulza, secretario general de la entidad, designó al mexicano Lázaro Cárdenas como el jefe de la Misión.