10 ciudadanos detenidos por ‘desacato’

Enero del 2010. En Machala, Julio Solano, recibió una reprimenda policial porque irrespetó a Correa.

Enero del 2010. En Machala, Julio Solano, recibió una reprimenda policial porque irrespetó a Correa.

Ayer, el presidente Rafael Correa culpó a la prensa de tergiversar las razones por las cuales el Gobierno ha decidido enjuiciar a dos ciudadanos que, supuestamente, lo ofendieron y atentaron contra su seguridad.

Se trata de los incidentes que se produjeron en Babahoyo, el 25 de febrero, y en Esmeraldas, el jueves pasado. En el primer caso, Luis Sobenis le dijo “sos fascista” al Presidente, mientras que en Esmeraldas, una persona, supuestamente vinculada al MPD, había intentado detener la caravana presidencial a la que le lanzaron un pedazo de ladrillo, según las versiones oficiales.

Para Correa, es condenable que un Presidente de la República sea sujeto de ofensas de ese nivel en las calles y que por ello se reserva el derecho de impulsar demandas, para ampliar la investigación y sentar su versión.

Pero más allá de lo que ocurrió en Babahoyo y en Esmeraldas, en lo que va del Gobierno, suman 10 los detenidos por orden del Régimen bajo la figura del desacato, establecida en el Código Penal.

El primer caso se registró en junio del 2007, cuando Mauricio Ordóñez, supuestamente, hizo gestos obscenos al Jefe de Estado, cuando iba al aeropuerto.

Luego de estar detenido por seis días, fue liberado porque el juez que llevaba el caso no encontró “indicios claros y precisos que conlleven a presumir que el imputado pudiera ser autor o cómplice de ese supuesto delito”.

Según el Jefe de Estado, Ordóñez había cometido el delito de desacato que señala: “El que con amenazas, amagos, injurias ofendiere al Presidente de la República o al que ejerza la Función Ejecutiva será reprimido con seis meses a dos años de prisión”.

Era el primer proceso por este delito que se iniciaba en el gobierno de Correa. Luego, el Jefe de Estado fue a la cárcel a visitar a Ordóñez y lamentó que no se lo haya liberado de inmediato. “Cuando esto sucede, se les explica que insultar al Presidente es un delito y luego se los libera”, señaló.

Este incidente abrió un amplio debate. Por ejemplo, el penalista Walter Guerrero dice que un gesto obsceno al Presidente de la República no está dentro de la figura de desacato. “Este delito se asume cuando hay alguna desobediencia y eso no es lo que ocurre”.

Además, la Asociación Latinoamericana de Juristas, en el 2007, pidió que se eliminara del Código Penal las sanciones por estos casos y organismos internacionales como la OEA y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitaron su derogatoria.

Pero el pedido no fue escuchado en Ecuador y siete procesos más se iniciaron bajo esta figura.

En febrero del 2007, la escolta presidencial apresó a Félix Salvatierra, en Babahoyo, porque supuestamente insultó a Correa.

En octubre del 2008, Pablo Mena fue arrestado por haber insultado a Correa. El incidente se produjo en la madrugada, cuando el joven de 22 años, vecino de la casa del Presidente, salió a la calle a gritarle supuestas groserías.

Mena dijo que estaba ebrio y que no se acordaba de lo sucedido, pero se lo retuvo por 12 horas.

En diciembre del 2008, Jaime Péndola y Melisa Rivera fueron detenidos en Salinas. El 28 de octubre del 2009, Giancarlo Zunino y Félix Pilco fueron detenidos en Guayaquil por colocar carteles que declaraban persona no grata al Presidente. Salieron libres el 5 de noviembre.

El 9 de enero del 2010, el Ejecutivo ordenó la captura de Pedro Almeida, en Vinces, por mostrar un cartel “grosero” al Presidente. Horas después se lo liberó. Días más tarde en Machala, se detuvo y se agredió físicamente a Julio Solano por haber hecho un gesto obsceno al Mandatario.

Entre los casos más recientes están el de Sobenis, quien después de la supuesta agresión verbal, fue trasladado al Centro de Rehabilitación de Varones, pero no fue admitido su ingreso porque los hombres de la Fuerza Pública no tenían la orden de arresto. Entonces lo llevaron a la casa de su madre, Ana Quinto, donde vive mientras está desempleado.

El Primer Mandatario, ayer en su enlace sabatino, aseguró que el hombre lanzó su bicicleta al vehículo en el que circulaba. Dijo que después de gritarle “sos fascista” se resistió a ser arrestado.

“Se abalanzó contra la caravana presidencial. Es falso que se le cayó a palos a este individuo”.

Correa aclaró ayer que este ciudadano de 31 años estaba bajo el efecto “de algún estupefaciente”. Entre otras razones -dijo- porque forzó un acento como argentino y por el nivel de exposición que mantuvo en el incidente.

La molestia de Correa, ayer, en el sentido de que la falta de respeto al Jefe de Estado no puede pasar por alto, le motiva a la asambleísta Betty Amores (ex Alianza País) a hacer una reflexión.

A su juicio, no es conveniente para el país el intercambio de insultos. Pero advierte que es “en la cadena de los sábados donde Correa también lanza insultos. Así que hay una mutua agresión”.

Por otro lado, ayer el presidente Correa no se refirió a la supuesta detención del subteniente Juan Jaramillo, miembro de la Unidad de Policía Comunitaria de Guayaquil. Según informó diario El Universo, Jaramillo profesó un duro discurso pidiendo a sus compañeros “no ser sumisos ante los prepotentes”. La Policía tampoco o ha confirmado la situación del subteniente Jaramillo.

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