César A. Sosa
Editor de Negocios
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La política contracíclica que promulga el Gobierno para combatir la crisis económica no resiste la prueba de las cifras, al menos durante el primer semestre de este año, cuando se sintieron con mayor fuerza los efectos de la recesión económica internacional.
Según el Banco Central, el Gobierno gastó 30% menos entre enero y junio pasados, comparado con el segundo semestre del año pasado, y 4% menos respecto al primer semestre de 2008.
Se supone que cuando existe una política contracíclica, los gobiernos utilizan sus ahorros para inyectar liquidez al mercado y conseguir que la demanda aumente. Con eso se logran disminuir los efectos negativos de la recesión en el empleo, en la equidad social y la pobreza. Para ello, sin embargo, se necesita que el Estado haya ahorrado cuando tuvo ingresos extras.
Por más que el Régimen repita que ha manejado bastante bien la crisis, el gasto público no llegó en el momento preciso, es decir, cuando la economía lo necesitaba.
La inversión pública en el primer semestre del presente año, por ejemplo, ascendió a USD 2 793 millones, un 40% menor a la registrada en el semestre previo. Por suerte para el Gobierno, el precio del petróleo empezó a aumentar, pero aún no se ahorra nada.