Policías y padres activan plan de seguridad fuera de los colegios de Quito

Miembros de la Policía Nacional vigilan el ingreso y salida de los estudiantes, fuera de los planteles educativos de Quito. Así los uniformados evitan que los jóvenes sean afectados por posible venta de droga. Foto: Paúl Rivas/ EL COMERCIO

Miembros de la Policía Nacional vigilan el ingreso y salida de los estudiantes, fuera de los planteles educativos de Quito. Así los uniformados evitan que los jóvenes sean afectados por posible venta de droga. Foto: Paúl Rivas/ EL COMERCIO

Miembros de la Policía Nacional vigilan el ingreso y salida de los estudiantes, fuera de los planteles educativos de Quito. Así los uniformados evitan que los jóvenes sean afectados por posible venta de droga. Foto: Paúl Rivas/ EL COMERCIO

El objetivo es evitar la venta de drogas afuera de los colegios. Con esa consigna se ubican en las puertas de los establecimientos educativos, los miembros de la Policía Nacional. La mañana de este jueves 15 de septiembre de 2016, un grupo de uniformados custodiaba el ingreso de los estudiantes de un colegio fiscal ubicado en el norte de Quito.

Los padres de los menores de edad también vigilaban a distancia cómo los alumnos saludaban entre ellos, bajaban de su transporte escolar e ingresaban a clases. “Desde lejos podemos ver si hay personas sospechosas que se les acerca o si los intentan llevar”, dice Guillermo Durán, un padre.

Desde el pasado 5 de septiembre, cuando iniciaron clases los estudiantes del régimen Sierra, la Policía desarrolla un plan denominado “Seguridad en los Estudiantes”, que consiste en brindar un servicio de protección a los alumnos de los centros educativos que presentan algún estado de riesgo.

En el sector de La Mariscal, la zona rosa de Quito, se ubican cuatro colegios de más de 500 alumnos cada uno. Para Carmen Ayala, esta es una zona peligrosa, pues al ser un área turística “hay mucho comercio de drogas y nuestros niños deben a aprender a decir no”, manifiesta esta mujer de 43 años, que cada jueves espera en la puerta del colegio y vigila el ingreso de los alumnos.

En otra Unidad Educativa, ubicada en la calle Madrid, en el norte, también patrullan los policías tanto al ingreso como a la salida de clases.

Los controles están también focalizados a identificar personas sospechosas que representen peligro para los niños y adolescentes. Además, identificar los locales que comercializan alcohol como tiendas, bares, karaokes y discotecas que están ubicadas en los alrededores de las unidades educativas.

Como complemento a este programa está el trabajo del ECU 911 que a través de su servicio de cámaras, ubicados en los alrededores de los establecimientos educativos. También realiza el monitoreo de actividades ilícitas como la venta de drogas en las calles aledañas a colegios, especialmente.

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