En el parque Metropolitano, norte de Quito, agentes de la Policía Nacional patrullan en sus caballos para dar seguridad. Foto: EL COMERCIO
Siete policías recorren los parques del sur de Quito en bicicletas y caballos. Llevan casco, gafas deportivas, pantalón ligero y un chaleco fosforescente. En su cintura tienen un arma Glock 9mm.
Estos agentes forman parte de la Unidad de Policiclos y resguardan los parques lineales Río grande, Calzado, Concha Acústica, Amazonas, Santa Ana 1 y 2 y el complejo del Machángara.
Trabajan de 06:00 a 17:00. Pero por este feriado y las vacaciones de los estudiantes refuerzan su trabajo de la tarde con motorizados y patrulleros.
La idea es evitar el robo a personas, uno de los hechos delictivos más frecuentes en esas áreas. Según el Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana, el 2014, se registraron 8 701 casos de estos atracos. El 2,9% ocurrió en parques.
Las rondas se realizan en grupos, según la afluencia de gente. José Rosero vive frente al parque Río Grande y afirma que la seguridad mejoró a diferencia de años anteriores. El parque era “botado y peligroso”. Pero en las noches los riesgos aumentan, sobre todo para los chicos que salen de los colegios luego de las 19:00.
Los jóvenes son las principales víctimas. En los últimos meses, la Policía identificó a grupos que se refugiaban en cuevas clandestinas. Las localizaron en la quebrada del parque El Calzado.
“Luego de cometer actos ilícitos (robo de celulares, carteras) se ocultaban en esos lugares”, alertaron los uniformados que siguieron el caso.
En la inspección, los policías descendieron por las laderas hasta llegar a los refugios de los sospechosos. Ahí encontraron plásticos, cartones y sábanas mojadas.
Marcos Villegas, oficial de la Administración Zonal Eloy Alfaro (en el sur) afirma que en los controles realizados en los parques se han decomisado cuchillos, navajas, picos de botellas y pipas que se utilizan para consumir drogas.
Los uniformados piden que si en estos días las personas van a las áreas de diversión, permanezcan juntas y no ingresen a matorrales. Además, que en la noche no caminen por zonas poco iluminadas.
La Carolina y el Metropolitano, en el norte, son vigilados por la Unidad de Equitación y Remonta. 15 policías montan a caballo y hacen rondas en senderos, matorrales y zonas alejadas y de poco acceso.
El miércoles pasado, por ejemplo, se desplegó un operativo con siete jinetes, personal motorizado y el Terix, un auto especial que se moviliza por zonas montañosas, con fango
o tierra. Ese día, en varios puntos se encontraron con grupos de jóvenes y niños.
Esperanza Ontaneda tiene 65 años y vive junto a la iglesia de Fátima desde hace 20 años. Ella camina 10 minutos y llega al Metropolitano. Esa es la rutina de todos los días. El pasado miércoles estuvo en los juegos infantiles con su hija y sus dos nietas que están de vacaciones.
Uno de los casos que estremeció a las familias que viven en la zona fue la muerte de una mujer. Eso ocurrió en abril del año pasado y los gendarmes detuvieron a dos personas para investigar este hecho.
En ese complejo, de 557 hectáreas, operan guardabosques las 24 horas, en diferentes turnos. Además, hay Ojos de Águila que vigilan zonas del parque y policías a caballo que custodian a los visitantes.
Franklin Silva, miembro de la Unidad de Equitación y Remonta, afirma que los principales inconvenientes que encuentran en los controles son personas que ingieren drogas o bebidas alcohólicas.
La Ordenanza Municipal 151 prohíbe el consumo de bebidas alcohólicas incluso moderadas en espacios públicos. Esta normativa contempla a parques, plazas y calles de la urbe.
En La Carolina los operativos de seguridad comienzan a las 04:00. A esa hora los deportistas inician sus entrenamientos de ciclismo y atletismo.
Según Jonathan Flórez, jefe de la UPC de La Carolina, se utilizan dos motocicletas, un cuadrón y un vehículo para recorrer los 6 kilómetros de longitud del complejo. Ahí, el año pasado se incrementó el robo de bicicletas, pero en lo que va de este 2015 no se han reportado casos.
En los operativos han detenido a personas que se hacían pasar por deportistas para robar a los visitantes del lugar.
Los parques El Ejido y Bicentenario también cuentan con seguridad policial. Los agentes realizan controles en los exteriores de los complejos con vehículos y motos.
Además, los fines de semana los policías están acompañados de canes que vigilan estos espacios deportivos.