Redacción Judicial
El Noveno Tribunal Penal de Pichincha pudiera decidir este día si el policía José P. incurrió o no en un supuesto intento de asesinato en Quito.
Él fue acusado por siete jóvenes, (uno de 16 años). Según ellos, el 28 de diciembre, el agente los agredió en una licorería del sector La Internacional, en el sur de Quito. Hasta ese lugar llegó José P. acompañado por Ricardo L.
Ocurrió cerca de las 00:15. El policía estaba sin uniforme: vestía una camiseta sin mangas, pantalones cortos y zapatillas. Pero cargaba su arma de dotación, una Glock de 9 mm. “Tomó su arma y abrió fuego. Nos persiguió por el sur de Quito. Disparó varias veces y cuatro de nosotros salimos heridos”, dice David Villagómez, uno de los jóvenes denunciantes.
José P., cabo de la Policía, asegura que los jóvenes peleaban y estaban armados, por lo que disparó al aire un par de veces.
Sin embargo, los jóvenes lo niegan. “Si eso fuera cierto nosotros no hubiéramos resultado heridos por la espalda”. Los siete se separaron y se escondieron por donde pudieron. Villagómez pedía ayuda a los carros que pasaban. Él tenía una herida en el pie y otra en el glúteo izquierdo.
“Nadie me paraba. Una taxista frenó, pero cuando vio que estaba sangrando me pidió que me baje unas cuadras más allá”, recordó Villagómez. Luego de unos 20 minutos de desangrarse, logró que un auto parara. El joven le ofreció al chofer su celular para que lo llevase a una clínica.
Al llegar a la casa de salud, el guardia no le dejó entrar. “Me acusaba de ser ladrón. Vio que tengo el pelo largo y me dijo que venía robando y por eso estaba herido”, relata el estudiante de Pedagogía.
Mientras esperaba ser atendido, su amigo David Gutiérrez se debatía entre la vida y la muerte. Una bala entró por su espalda y salió por el estómago; destruyó parte del hígado, intestino y riñón. Estuvo tres días en coma y fue sometido a seis intervenciones quirúrgicas para sobrevivir.
En el juicio constan los informes médicos por las heridas de bala. La madrugada del 28 de diciembre el presunto agresor fue arrestado. Según su abogado, Ramiro Román, los jóvenes lo provocaron. “Eso se demostrará en la audiencia, con todas las pruebas”. Pero Román pidió ayer que se difiera la diligencia, porque tenía otra audiencia en Manta.
Más datos del caso
El Juzgado Quinto de Garantías Penales acusó solamente al policía José P. Su acompañante, Ricardo L., fue liberado.
Se consideró que él no tuvo nada que ver en el caso. El abogado de los jóvenes apeló ante la Corte Provincial y se rectificó esta decisión y se lo llamó a juicio también. Pero ya había huido.
Ahora está prófugo de la justicia. Su defensor intentó llegar a un acuerdo con los muchachos.