Las personas heridas fueron trasladadas en ambulancias de la Cruz Roja Ecuatoriana a distintas casas de salud. Foto: Captura de pantalla
La Policía ya conoce la identidad de tres de los cuatro sospechosos del intento de asalto a un vehículo blindado. Las cámaras de seguridad y las versiones de los testigos ayudaron a identificarlos.
Los agentes investigadores acordonaron las inmediaciones de una farmacia en donde se produjo el hecho violento. Una cinta con la palabra peligro estaba desplegada en las calles Alejandro Ponce Borja y Pedro de Ayala, en el barrio Carcelén, en el norte de Quito.
Ahí recogieron los casquillos de las balas y se observó la posición en la que permanecieron las personas heridas por impacto de bala hasta recibir ayuda médica. Además, se hizo una revisión pormenorizada de todos los objetos que estuvieron en contacto con los sospechosos del robo.
El subdirector de la Policía Judicial (PJ), Pablo León, señaló que se encontraron huellas dactilares entre las evidencias. Estas fueron sometidas a análisis y sus resultados permitieron tener más certezas sobre la identidad de los involucrados en el intento de asalto. “Esperamos capturarlos hasta la próxima semana”, señaló.
La Policía confirmó este sábado 28 de diciembre del 2019 que hubo cuatro personas heridas. Entre ellas, una mujer que transitaba por el lugar, dos guardias y uno de los supuestos asaltantes. Las tres primeras víctimas están recuperándose en los hospitales cercanos a los que fueron llevadas. Mientras que el sospechoso logró huir con una herida en una de sus piernas, señalaron los testigos del hecho.
En un comunicado de prensa, la entidad policial señaló que cuatro personas armadas intentaron apropiarse del dinero que iba a ser colocado en el cajero automático de una farmacia. Los ahora investigados se movilizaban en un vehículo negro y tres motocicletas.
Para obtener las bolsas del dinero dispararon contra el personal de seguridad. En ese momento se produjo una balacera con los guardias.
Debido a su intervención se frustró el asalto. Sin embargo, la Policía sospecha que en la fuga los armados se llevaron una subametralladora marca Colt de 9mm.
Los moradores cuestionan que el traslado de dineros se haya realizado durante la tarde, cuando había personas que realizaban actividad comercial. Precisamente, una de las víctimas es una mujer que caminaba por el sector.
En el 2014, el ministro del Interior de entonces, José Serrano, señaló en una entrevista radial que se suscribió un oficio obligatorio y vinculante para a las compañías de seguridad.
En este documento se les pidió que soliciten colaboración de la Policía para trasladar dinero. Un año después, se firmó un reglamento que obligaba a los blindados a tener, entre otras medidas de seguridad, cámaras en alta resolución para que puedan ser utilizadas como evidencias cuando se produzcan estos ataques.
Ahora, la Policía analiza las grabaciones que hizo el sistema de cámaras del vehículo, tras el asalto frustrado.