Cada bus de la Cooperativa Flor del Valle debía pasar una rigurosa revisión. Un kilómetro antes de llegar al sitio en donde el bus de la misma compañía se estrelló, el Escuadrón de Carreteras de la Policía instaló un puesto de control. La tarde de este miércoles 13 de mayo, en el kilómetro 2 de la Panamericana Norte, los uniformados revisaron el estado de las llantas, el número de pasajeros y que el conductor tenga sus documentos en regla.
“No se trata de un control excepcional”, asegura Según David Sánchez, oficial a cargo. Explica que la noche anterior se instaló el mismo operativo 500 metros más debajo del accidente, poco antes de llegar al peaje de Oyacoto, en la bajada Quito-Guayllabamba.
Esa noche el vehículo perdió los frenos, se estrelló contra la valle de seguridad y se volcó sobre su lado derecho. Tres personas murieron y 46 heridos fueron atendidos por las unidades de socorro.
Un día después, el sitio en donde decenas de curiosos, agentes y paramédicos se agolparon, lucía desolado. El automotor fue retirado en la madrugada de hoy, cerca de las 02:00. También un equipo de Panavial recogió las latas retorcidas del bus, pedazos de vidrio y la valla de seguridad que quedó destruida. Incluso, la sangre de las víctimas fue cubierta con arena. Pero tres perros callejeros la desenterraban con sus patas e intentaban lamerla. Un poste de luz roto desde su base y una caseta de madera destruida evidencia la magnitud del daño.
Para evitar ese tipo de tragedias –dice el oficial Sánchez- se realizan los controles de velocidad. Esta tarde equipo de fotomulta se encontraba oculto detrás de un poste de luz. Más abajo, se divisaban los conos anaranjados y los chalecos fosforescentes de los policías. Todo vehículo reducía su marcha, al llegar al puesto de revisión, unos autos seguían su camino, pero otros, los que fueron registrados en el aparato, debieron estacionar a un lado.
“Ayúdeme, no sea malito”. Eso fue lo primero que dijo un joven de unos 20 años cuando el policía preparaba su multa. “Es que estoy con mi hermana embarazada”. “Tengo que devolver el carro pronto”. “Recién salí, solo conduje desde Carapungo”. Ninguna de sus excusas lograron convencer al oficial.
Desde las 10:30 hasta las 12:30, 17 vehículos fueron sancionados por exceso de velocidad. En el segundo control, desde las 17:00 hasta las 18:00, 12 carros más recibieron la misma sanción. Todos eran autos particulares ninguno fue un autobús. “Es que después de que ocurren los accidentes, ahí sí (los conductores de buses) toman en serio las normas viales. Debería ser siempre, pero lastimosamente es la cultura”, comenta Sánchez.
Lo especial de este operativo fue que cada unidad de la Cooperativa Flor del Valle fue revisada. Pero hoy no se encontró ninguna falla mecánica ni violación a la ley.