Agentes de la ATM y grupos especializados de la Policía realizan controles en los ingresos a la Universidad de Guayaquil. Foto: Cortesía Universidad de Guayaquil
El control policial se instaló en las puertas de la Universidad de Guayaquil. La mañana de este jueves 30 de mayo de 2019, el principal acceso vehicular se abrió parcialmente para que agentes de tránsito y policías especializados en explosivos realicen inspecciones a los automóviles.
Esta medida es parte de la emergencia declarada ayer por el Consejo Universitario, tras la segunda detonación de un auto dentro del campus Salvador Allende, en el norte de la ciudad.
El rector Roberto Passailaigue, quien también preside la Comisión de Intervención, explicó que para reforzar la seguridad del centro de estudios se incrementará la vigilancia con guardianía especializada, sumarán más cámaras de seguridad, porque de las 50 que tenía la universidad solo la mitad funciona; y se establecerá un cerco policial.
“Y como estos hechos de atentados terroristas rebasan a la delincuencia común, y llegan a ser atentados contra la seguridad nacional, se está pidiendo al Ministerio de Defensa que disponga la intervención del Servicio de Inteligencia de la Armada para erradicar estos brotes de violencia terrorista en la universidad”, dijo el rector.
El centro de estudios están en emergencia, tras la detonación de otro auto reportado la mañana del miércoles 29 de mayo de 2019. Foto: Cortesía Universidad de Guayaquil
En los últimos dos meses, la U. de Guayaquil ha sido blanco de varios ataques con explosivos. El pasado 7 de mayo el vehículo del director de Bienestar Estudiantil, estacionado frente al coliseo de la institución, se incendió a causa de una bomba. Ayer, tres autos sufrieron daños por una nueva detonación en los patios de la Facultad de Ciencias Médicas. Antes hubo explosiones menores, causadas por camaretas, dentro la Escuela de Medicina.
Para Passailaigue, estos hechos violentos se relacionan con el malestar que ha generado en ciertos grupos el proceso de intervención. A fines del año pasado, el Consejo de Educación Superior dictó esta medida ante la conmoción interna que vivió la universidad por la falta de autoridades. En enero, el plazo de la intervención se extendió por 24 meses.
El Consejo Universitario también declaró en emergencia la seguridad jurídica de la institución, por las sentencias de jueces a favor de personas que han demandado a la universidad; y la emergencia financiera, por la falta de entrega de recursos.
Un miembro del Escuadrón Antiexplosivos del GIR vigila los procedimientos de seguridad para el ingreso a la Universidad de Guayaquil. Foto: Cortesía Universidad de Guayaquil
El rector solicitó al Ministerio de Economía y Finanzas la entrega de USD 16 millones pendientes, que en parte servirán para concretar los planes de seguridad. Estos incluyen la instalación de torniquetes para la entrada de los estudiantes y plumas para el control de vehículos.
Liderman Hermosa, subcomandante del distrito Modelo, explicó ayer que cerca de 75 agentes policiales recabaron información sobre el último hecho violento. Y confirmó que desde la detonación del 7 de mayo la Policía venía concretando acciones con la universidad. “Ya se han implementado las estrategias para realizar operativos en los exteriores para verificar actos sospechosos”.
Efectivos de la división de explosivos del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), de control antidelincuencia y agentes de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) mantienen los operativos en las avenidas Delta y Kennedy, que rodean a la U. de Guayaquil.