Foto de archivo de un participante del Orgullo Gay de París, Francia, el 30 de junio de 2018. Foto: Reuters
Un mes después de que Lauren reuniera el valor para decirle a su madre que es lesbiana, esta residente de Shanghái de 26 años salió a recibir a un desconocido que llamó a su puerta.
Le dijo al joven, uno de los 7 millones de personas que realizan el censo de China una vez cada década, que ella y su novia vivían juntas.
Cuando el cuestionario preguntaba por “relación con el cabeza de familia“, el hombre marcaba la casilla de “Otro” y escribía “Pareja”.
La interacción con este receptivo encuestador fue muy positiva, dijo Lauren a Reuters, aunque la nota manuscrita no se reflejara en los resultados finales.
China despenalizó la homosexualidad en 1997, pero los grupos activistas siguen luchando por la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Mientras el país más poblado del mundo intenta plasmar los cambios demográficos, algunas parejas Lgbti+ buscan reconocimiento en el censo nacional.
La recopilación de información comenzó oficialmente el 1 de noviembre, con encuestas preliminares en las semanas previas.
La Oficina Nacional de Estadística dijo a Reuters que no se registraría ninguna información adicional más allá de las respuestas predefinidas para la categoría de “relación con el cabeza de familia”.
Poco después de esa visita a mediados de octubre, Lauren vio en una red social mensajes que instaban a las parejas del mismo sexo a que se lo dijeran a los funcionarios del censo: “No son mi compañero de piso, son mi pareja“.
Peng Yanzi, director de LGBT Rights Advocacy China, la ONG que está detrás de la campaña, dijo que espera que las parejas del mismo sexo puedan ganar visibilidad tanto a los ojos de sus vecinos como del Gobierno.
“Es posible que estos empleados del censo nunca hayan conocido a homosexuales, o quizá incluso nunca han oído hablar de ellos, por lo que si tenemos la oportunidad de hablar con ellos, podrán entender mejor a la comunidad Lgbti+”, dice.
“Somos parte de la población de China“.
Si bien sigue siendo difícil salir del armario en China, donde muchas personas Lgbti+ se refieren a sus parejas románticas como compañeros de piso o amigos, los activistas dicen que hay una creciente aceptación de las parejas gays.
“Pero el sistema no ha estado en sintonía con los tiempos”, dice Peng.
Lauren, que trabaja en una empresa de tecnología en Shanghái, dice que se siente cómoda hablando con franqueza sobre su relación, pero teme que no sea tan seguro hacerlo para las parejas Lgbti+ de las zonas más conservadoras.
“Todavía no me atrevo”, comentó un usuario de Weibo (una plataforma similar a Twitter) en referencia a la campaña.