Redacción Sociedad
Alemania será el primer país que concretará su aporte económico a favor de la Iniciativa Yasuní ITT (Ishpingo, Tambococha, Tiputini). Máximo en la primera semana de noviembre, el fideicomiso para administrar las contribuciones estará listo.
Esto fue parte de los anuncios que hicieron ayer en Quito los miembros del Consejo Administrativo y Directivo (CAD) de la Iniciativa. La propuesta ecuatoriana -según quienes la impulsan- es única en su especie y busca dejar 846 millones de barriles de crudo en el subsuelo del Parque Nacional Yasuní, ubicado en la Amazonia.
Correa irá a Londres
El lunes y martes, Roque Sevilla, presidente del CAD, y Carlos Larrea buscarán concretar el apoyo de Francia. El jueves y viernes irán a Suecia.
El martes 27, el presidente Rafael Correa y una comisión visitarán Londres. Expondrán la iniciativa ante académicos, empresarios, ONG y expertos en cambio climático.
Del 9 al 13 de noviembre, Roque Sevilla y Yolanda Kakabadse presentarán la iniciativa ante el Gobierno y el Congreso de EE.UU. El 16 y 17 de ese mes, lo harán en Bélgica.
Los aportes también pueden ser individuales y hacer giros bancarios por Internet.Al no consumir ese cantidad de petróleo, mediante los derivados, se evitará la emisión a la atmósfera de 407 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono (CO2).
A cambio de ese sacrificio, el canciller Fander Falconí insistió que Ecuador espera que la comunidad internacional aporte con al menos la mitad de lo que se recaudaría con la venta de ese crudo, de entre 13 y 15 grados API (viscosidad). El cálculo asciende a USD 6 000 millones.
La presentación del video con el que se respaldará el reforzamiento de la promoción internacional abrió ayer el informe de los avances de la Iniciativa. A la cita en el Hotel Marriott asistieron Falconí; la ministra del Ambiente, Marcela Aguiñaga, Yolanda Kakabadse, Francisco Carrión y Carlos Larrea, miembros del CAD.
Larrea, director técnico del CAD, indicó que este fideicomiso será administrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). “La intervención de este organismo permite garantizar una confiabilidad de la transparencia en el manejo de los fondos”.
Otro mecanismo para asegurar la no extracción del crudo será el Certificado de Garantía Yasuní. Es un documento que permitirá a los aportantes reclamar sus recursos en caso de que Ecuador incumpla su compromiso.
Advirtió que se prefirió al PNUD por la experiencia que tiene en manejar 15 fondos ambientales mundiales. Por ejemplo, el Gobierno de Noruega tiene un fondo de más de USD 4 000 millones para financiar programas de reforestación.
Si bien el monto exacto que dará el Gobierno alemán aún no está definido, “sustancialmente es alto. Supera nuestras expectativas en relación con la participación pedida de USD 50 millones anuales durante 13 años”, anticipó Larrea. La condición es que se sumen más países.
España también analiza los últimos detalles para definir su aporte. Eso lo confirmó el secretario de Estado español, Juan Pablo de Laiglesia, en entrevista con este Diario. Italia y el Reino Unido se sumarán como los principales aportantes.
Un Comité determinará, mediante bases técnicas específicas, los proyectos que se beneficiarán con el capital del fondo y con los intereses del fideicomiso.
Además, el PNUD asesorará dónde invertir. Las inversiones de capital irán a proyectos de energía renovable: solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica.
Los intereses se invertirán en la conservación de 10 millones de hectáreas, que incluyen las 40 áreas protegidas y los territorios indígenas no intervenidos; reforestación de 1 millón de ha y programas de desarrollo social en las áreas de influencia.
Katy Coral, decana de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad SEK, cree que sí es factible el proyecto ecuatoriano. Pero teme que “no podremos lograr que por mucho tiempo los países nos sigan dando dinero. Siendo extremadamente optimistas mantendremos ese apoyo máximo por una década, ya que luego los países aportantes tendrán otras prioridades”.
Coral aspira que hasta eso ya existan métodos adecuados para una explotación respetuosa con el ambiente. “El mundo está en camino a una crisis energética a tal punto que tendrá la necesidad de explotar ese crudo”.