El plátano se encareció en Machala

Redacción Machala
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El día se proyecta malo para Rodrigo Encalada. Son las 10:30 y los racimos de plátano verde que él vende todos los días, desde las 05:30, todavía se acumulan en su improvisado puesto. Es en la esquina de las calles 9 de Mayo y Pasaje, detrás del Mercado Central de Machala. “Cuando el plátano se pone caro, los clientes no lo compran”, dice, encogido de hombros.

Las afectaciones
En  El  Oro, la sequía  no se manifiesta con la intensidad que en  otras provincias de la Costa. Sin embargo, la Dirección provincial del Ministerio de Agricultura y Ganadería (Magap) armó un plan de contingencia, pero la dependencia no cree aún conveniente su aplicación.El 17 de este mes,  el Magap  de El Oro hizo su última evaluación de los efectos de la sequía en la provincia. Los ganaderos reportaron que su producción de leche y carne bajó hasta en un 30%. La noche y madrugada  de ayer se registraron lluvias de mediana intensidad en la mayor parte de la provincia. Las precipitaciones alcanzaron la frontera, donde suelen ser poco comunes las precipitaciones.

 

El plátano verde y maduro que se comercializa en el Mercado Mayorista de Machala proviene de las zonas de Santo Domingo, Quevedo y Milagro (Guayas). Sin embargo, últimamente se lo trae solo de esta última zona, por la cercanía. La fruta llega en  menos cantidad.  “Me dicen que es por la sequía. Ojalá ya llueva para que este drama termine”.

Desde hace tres semanas, Encalada compra el plátano más caro. Hasta el mes pasado adquiría el racimo en USD 2, ahora le cuesta USD 3. Él los vende, con suerte, a    USD 4. “Los clientes solo piden  unidades, eso nos perjudica”, dice. Este comerciante solía vender, hasta el mediodía,  80 racimos. Asegura que en las últimas dos semanas, como mucho, salen unas  30 diarios

A dos cuadras de allí se ubica el mercado mayorista de plátanos. Cinco bodegas y, al menos, 50 vendedores  comercializan la fruta en las aceras de las calles Guabo y Juan Montalvo.  El movimiento en el lugar  es intenso  entre las 04:00 y 06:30.

Wilson Mera es dueño de una de las bodegas. Arrimado a una pila de racimos esperaba ayer a  los clientes. Mera, de 75 años, suele comprar el plátano de Quevedo, pero últimamente solo lo trae de Milagro.

Hasta su negocio se acercó  Pilar Tinoco. Buscaba un racimo pequeño, pero el precio (USD 3) la hizo dudar. Finalmente se llevó  18 plátanos, que Mera le vendió a USD 1. “Si no despachamos  así, nos quedamos con el producto”, expresó el comerciante.
 
Muy solicitado, pero mucho más escaso, es el queso manabita. El producto se oferta en un punto específico de la ciudad, un tramo de la calle 9 de Mayo, en la inmediación del mercado. Los vendedores se ubican desde las 05:00. “Ahora se va de una, ni apenas llega se vende todo”, decía ayer, a las 06:30, John Jairo Mendoza, uno de los vendedores.

La libra de queso manabita subió en  las últimas dos semanas, entre USD 0, 60 y 0, 80. Es decir, cuesta USD 2.  “Sí, viene más caro  y poquísimo, por eso se vende rápido”, explicó Mendoza, apresurado y un poco molesto.

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