Los propietarios, dirigentes y trabajadores de los centros de tolerancia que funcionan en Quito realizaron un plantón la mañana de este martes 26 de enero del 2021. Lo hicieron en las afueras del edificio de la Secretaría de Salud del Municipio, ubicada en la Amazonas y Jorge Washington, centro-norte de la capital.
Desde las 08:00 se concentraron allí para solicitar a las autoridades que les permitan trabajar y que se continúe con el plan piloto implementado el 19 de noviembre del año pasado y que duró 15 días. “Queremos que lo incorporen nuevamente, las autoridades no toman una resolución definitivamente”, indicó Nathalia Valverde, abogada de Asociación pro Defensa de la Mujer (Asoprodem) que también representa a las trabajadoras sexuales.
Indicó que por cada uno de los 127 centros nocturnos que operan en el Distrito Metropolitano subsisten alrededor de 40 familias. “Los locales están casi en la quiebra porque no pueden pagar los arriendos”.
Los administradores de esos negocios indicaron que para el plan piloto les exigieron una serie de requisitos como ventilación, distanciamientos, medidas de bioseguridad, que se facilite mascarillas a los clientes, entre otros, por lo que pueden continuar trabajando y recuperar sus negocios.
Darwin Soto, supervisor de un establecimiento, indicó que se cumple con todas las medidas para evitar la expansión del covid-19. “Desde marzo no hemos podido funcionar y el dinero se nos acaba”.
Lourdes Torres, representante de 3 600 trabajadoras sexuales que laboran en Quito, indicó que la situación es crítica en la actualidad. A su criterio, las restricciones de las autoridades han fomentado que esa actividad se realice de forma clandestina y en las calles sin cumplir las normas de bioseguridad. “La secretaria de Salud no nos quiere atender ni nadie del COE Metropolitano”.
Byron Salvador, propietario de un centro nocturno, contó que llevan casi un año sin laborar, lo cual ha afectado sus economías porque han realizado inversiones que les han generado deudas. “En los buses la gente va aglomerada y nadie los controla. En los centros comerciales y restaurantes es igual”.
Desde el 19 de noviembre, 28 centros de tolerancia reabrieron sus puertas y fueron parte de un plan piloto que se extendió por 15 días tras la suspensión de cinco actividades económicas en Quito.
Antes, los gimnasios reabrieron pero para los bares, discotecas y centros de entretenimiento nocturno como los karaokes, el futuro es incierto.
Los primeros en presentar y aprobar un piloto fueron los centros de entrenamiento. Tras una evaluación, la Secretaría de Salud recomendó el levantamiento de la suspensión.
Luego, en el mismo proceso se encontraban los centros de tolerancia. Los dueños de los locales y las trabajadoras sexuales acordaron con el Municipio los protocolos para la reapertura. No obstante, tras la finalización del plan piloto no han obtenido respuestas y ellos buscan continuar con sus actividades.
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