Uno de los centros que tiene cámaras en el ingreso es el Liceo Fernández Madrid. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO
Los agentes de Inteligencia de la Policía establecieron que en los alrededores de 12 colegios de Quito se vende licor artesanal y droga a los estudiantes. Ante esa realidad, las autoridades despliegan operativos permanentes para cerrar esos lugares y precautelar la seguridad en los exteriores de los establecimientos educativos.
“Esperan a la salida, los jueves y viernes. Lo expenden en botellas de plástico a uno o dos dólares. Luego, los chicos van a las famosas ‘caídas’ con este alcohol y se producen desmanes”, señala Daniela Valarezo, intendenta de la Policía de Pichincha, quien lidera las intervenciones.
Hasta el momento se han receptado alrededor de 25 quejas en Pichincha a través de las comisarías. “Vienen los papás con sus inquietudes”, indica la funcionaria. En uno de los operativos, realizado el martes 9 de abril del 2019, la Intendencia se incautó de 6 000 litros de licor artesanal. Además, dos personas fueron detenidas por droga en el Comité del Pueblo, en el norte de la ciudad.
La inseguridad en los exteriores de las escuelas y colegios es un tema que preocupa. El 9 de abril, delegados de los ministerios de Inclusión, Educación, Policía, ECU-911, Intendencia y Fiscalía se reunieron por tercera ocasión para coordinar acciones y estrategias para enfrentar la problemática.
La Policía señaló que las intervenciones se harán con base en alertas recibidas sobre el consumo y expendio de drogas en los alrededores de los colegios. Una de las medidas adoptadas es la instalación de cámaras de vigilancia.
Según el Ministerio de Educación, estos dispositivos han sido implementados en los exteriores de 80 de las 774 escuelas y colegios fiscales de Quito. Están conectados a la plataforma del Servicio Integrado ECU-911, en función del análisis de los lugares con mayor índice de inseguridad.
No obstante, esta cifra no coincide con los datos que maneja el ECU-911. El servicio puntualizó que según el convenio que tiene con el Ministerio, se han instalado 97 cámaras de videovigilancia cerca de los centros educativos del Distrito. La entidad indicó que durante el primer trimestre de este año se han captado 731 incidentes en los alrededores de las unidades educativas, registrados por este sistema.
Sin embargo, los dirigentes de los padres de familia de los centros educativos públicos piden que se refuerce la seguridad. Laura Toapanta es la presidenta del Comité de Padres del Colegio Fiscal Eloy Alfaro, ubicado en el norte de Quito. Se queja de que es peligroso en los exteriores. “Faltan cámaras y alumbrado, los postes no iluminan por las noches. Necesitamos más patrullajes”.
Ella sostiene que desconocidos se aprovechan de la oscuridad para robar los celulares, tabletas, mochilas y otros objetos a los estudiantes.
Liz Pilca, madre de familia y presidenta del quinto grado B de Educación Básica de la Escuela República de Italia, localizada en el mismo sector, indica que la Policía debe recorrer la zona con mayor frecuencia. Según ella, los niños y adolescentes son víctimas de la delincuencia. “Hubo el caso de un alumno al que le abrieron la maleta, afuera del plantel, para robarle. Necesitamos cámaras de seguridad”.
La presidenta de la Federación de Estudiantes Secundarios del Ecuador (FESE), Scarlett Tamayo, considera que la venta de droga y licor en las afueras de los colegios es lo que más influye en la inseguridad. Pide a la Intendencia de Pichincha que amplíe los operativos que despliega en los exteriores de los centros.
En ese sentido, Valarezo explica que la prioridad es precautelar la integridad de los estudiantes y reforzar los operativos. La Intendenta cree que los papás también deben responsabilizarse de sus hijos cuando salen de clases.
La funcionaria dice que a raíz del caso de Carolina (víctima de una red de trata de personas), se conoce que una asociación de personas se dedica a eso; es decir, a vender licor a los jóvenes. Actualmente se investiga si eso les conduce a cometer otros delitos.
Pedro Fernández de Córdova, secretario de Educación, Recreación y Deporte del Municipio de Quito, indica que la entidad cuenta con 20 planteles y en 15 de ellos funcionan cámaras de seguridad.
A su criterio, eso ayuda a monitorear el ingreso y salida de los estudiantes. Uno de los centros educativos que tiene cámaras en las puertas es el Liceo Fernández Madrid, ubicado en el Centro Histórico. Su inspector, Patricio Vergara, indicó que gracias a esos equipos se previnieron delitos. En una ocasión, los guardias detectaron que un alumno iba a ser asaltado y lograron ayudarlo.
La Confederación de Establecimientos de Educación Católica del Ecuador (Confedec) cuenta con 93 planteles afiliados en Quito. El 90% de ellos tiene cámaras, indica el presidente Rómulo López. Acota que los dispositivos han sido útiles para disuadir a la delincuencia y cuidar a los alumnos en las afueras de los edificios donde se educan.