La noche del sábado se vivió una nueva celebración de la fiesta en honor a la Virgen de Colta, en el centro de Chimborazo. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
La esencia a ramas de eucalipto quemado se esparció la noche del sábado en la explanada de la iglesia en honor a la Virgen María Natividad de Balbanera. La edificación se levanta en las faldas del nevado Chimborazo, junto a la laguna de Colta, a 30 minutos de Riobamba. El intenso frío no mermó la asistencia de fieles provenientes de Quito, Guayaquil, Cuenca y comunidades cercanas.
La religiosa Teresa de Jesús Valverde fue la encargada de presidir la celebración. Las vigilias se iniciaron el 1 de este mes y finalizarán la primera semana de octubre. Las oraciones, meditación, reflexión sobre los pasajes bíblicos, la entrega de la comunión y la bendición son dirigidas por la hermana Valverde, perteneciente a la Congregación Religiosa Mariana de Jesús.
Su delicada voz se reprodujo por un altoparlante, ubicado en una de las dos torres de la estructura de estilo colonial de casi 500 años. Los reflectores iluminaron las vasijas y los ángeles tallados en su fachada de piedra. Estos armonizan con la torrecilla y el campanario que continúan intactos sobre las columnas y el doble arco de la entrada. La edificación fue construida por orden del español Sebastián de Benalcázar. Se inauguró el 15 de agosto de 1534.
En el interior del templo rectangular se ubicaron los fieles en sillas de madera. Otros permanecieron de pie. La Balbanera es una construcción colonial con un altar, atrio y una pila bautismal. Sobre el atrio de piedra, adornado con flores blancas y fucsia, descansa la Virgen de cabellos dorados y largos. Viste traje rojo y blanco.
“Las jornadas espirituales nos ayudan a mantener la fe y a presentarle nuestras inquietudes a Dios por medio de María. Como hijos tenemos esa necesidad de acudir a nuestra madre”, indicó Valverde.
Los priostes José Manzano y Oswaldo Peñafiel fueron los encargados de dirigir las festividades. Acompañados con sus familiares se inclinaron en el suelo de piedra. “Se siente paz en el interior de esta casa. Hay muchos milagros que ha cumplido la Madre de Dios y por eso le hacemos este festejo todos los años”, contó Manzano.
Al finalizar la ceremonia los fieles fueron a la explanada de la iglesia. Una tarima con dos altoparlantes reproducen la música de la banda 24 de Mayo de Patate. Para paliar el intenso frío los presentes encienden las chamizas. El fuego abrasador no pasa desapercibido para los viajeros que se dirigen en bus a la Costa y al Austro del país.
El otro prioste, Peñafiel, de 52 años, indicó que la festividad sirvió para reunir a la familia. Oriundo de Colta, comentó que nueve grupos familiares de la zona se encargan de las donaciones de fuegos artificiales, bandas de pueblo, discomóvil y organizar una homilía los domingos. El sábado, USD 800 fueron para la pirotecnia.