Santiago de Chile. DPA
La derecha de Chile, amplia favorita para vencer en la primera vuelta presidencial de mañana, sueña con volver al poder de la mano del millonario Sebastián Piñera, después de 20 años de espera.
Un equipo de 1 200 profesionales que preparó el programa de gobierno y la campaña política más rica de la historia son la antesala de una victoria muy probable. Esta debiera ratificarse, no sin dificultades, en la segunda vuelta del 17 de enero, según sondeos.
Un rival ‘aburrido’
El ex presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, candidato único del oficialismo chileno para las elecciones de mañana, reconoce que es un hombre ‘ aburrido’.
Por eso, a los 67 años, Frei Ruiz-Tagle muestra un nuevo estilo. Sin corbata y con zapatos de marca, ahora da una imagen mucho más fresca y familiar.
El nuevo ‘Frei 2.0’, como él mismo se bautizó, hasta bromeó sobre su prominente nariz. No obstante, esta renovada imagen no ha sido suficiente para ‘reencantar’ al electorado de la oficialista Concertación.
Por otra parte, el mensaje de renovación parece que se robó el disidente del oficialismo y candidato independiente Marco Enríquez, de 36 años.“Ellos ya han tenido no una, ni dos ni tres, sino cuatro oportunidades y francamente creo que no merecen una quinta oportunidad”, dijo Piñera al cerrar su campaña ante miles de adherentes.
Piñera, un exitoso empresario, hizo alusión a que el oficialismo suma cuatro mandatos consecutivos desde 1990, tras el retorno a la democracia. El triunfo presidencial de la derecha, que sería el primero desde 1958, implicaría cambios en la política asistencial, con un énfasis más subsidiario del Estado, y un giro en la política externa, con un mayor acercamiento a Colombia y EE.UU.
Pero nada augura transformaciones radicales en un país que tiene ya un modelo de desarrollo capitalista. Allí la derecha tiene importantes cuotas de poder como las presidencias de ambas cámaras del Congreso, a las que llegó con votos del oficialismo.
Por ello, suponer que la actual derecha es idéntica a la que gobernó con el dictador Augusto Pinochet, entre 1973 y 1990, sería un simplismo, dicen analistas.
Aunque algunos de sus líderes fueron colaboradores del general, como el presidente del Senado, el ex viceministro de Interior de Pinochet, Jovino Novoa.
Pero sí se observan cambios en el seno de la derecha. Así, hace siete años los máximos líderes del sector no dudaron en ir a recibir a Pinochet, tras la detención de este en Londres. En tanto, el jueves ninguno asistió a una misa en memoria del dictador, en el tercer aniversario de su muerte.
En los comicios de mañana, la clave será la diferencia que saque Piñera, dijo el politólogo Guillermo Holzmann. “Si la distancia entre Piñera y Frei es menor a 8 puntos la opción del primero tiende a disminuir en la segunda vuelta; si la diferencia entre ambos es mayor a ocho puntos, la opción de Piñera aumenta”, comentó.