Un estudio realizado en Pichincha analiza los posibles riesgos a los que se expone la población, al no contar con una disposición focalizada que limite la salida de las personas, ante la emergencia sanitaria. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO
El 11 de mayo del 2020 se cumplieron ocho semanas de la cuarentena que rige en Ecuador, ante la propagación del covid-19. Poco a poco se observa más presencia de personas en las calles, especialmente de vendedores informales. Se trata de una salida desordenada que puede provocar un aumento del contagio y de las muertes, especialmente en población mayor a 65 años.
Es la conclusión de un estudio en Pichincha efectuado por los economistas Roberto Mosquera, Simón Cueva y Joaquín Morillo, quienes plantean como solución a las restricciones por el coronavirus una salida ordenada a trabajar de las personas de entre 18 y 40 años, y enfocar la ayuda, control y medidas en las personas mayores de 65 años.
Morillo explica el alcance de la propuesta que será escuchada el martes, 12 de mayo del 2020, en el Concejo Metropolitano de Quito.
¿En qué se basa el modelo?
La idea se basa en dos conceptos fundamentales: (1) extender por más tiempo el confinamiento generalizado es imposible para un país pobre que tiene más de la mitad de la población en el sector informal y, por eso, la gente sale desordenadamente; y (2) que el virus es muchísimo más grave para la gente mayor. El riesgo de morir por coronavirus para una persona de 65 años es 70 veces más alto que para una persona de 25 años. Entonces se propone salir ordenadamente, cuidando a los vulnerables.
2. ¿Qué factores se requieren para que se cumplan los supuestos del modelo y garantizar que baje la tasa de contagio y muertes?
Se requiere una sólida campaña de información para que la población entienda la gravedad de la enfermedad para las personas mayores y que todos colaboremos en protegerlos, cumpliendo con la norma de que, inicialmente, solo quienes son menores de 40 años salgan a trabajar.
También es crítico que se haga la mayor cantidad posible de pruebas para evaluar el desarrollo de la epidemia en tiempo real. Y mantener los estándares sanitarios reconocidos mundialmente; uso de mascarillas en espacio público, guardar la distancia, lavado de manos, aforos reducidos, etc. Especial cuidado amerita el transporte público.
3. Si bien en el artículo se anota que la gente de más de 60 años debería estar bajo cuarentena y control reforzado ¿Qué pasa con la población de 40 a 60 años?
Debemos tener paciencia y esperar a ver los resultados de la estrategia con el primer grupo de hasta 40 años. Si la evolución es manejable, se puede considerar una apertura gradual para el retorno al trabajo de este grupo de edad.
4. ¿Qué medidas se recomienda para este segmento de 40 a 60 años en el modo propuesto, sabiendo que aunque no son población de alto riesgo también puede haber un índice de fallecimientos?
Por supuesto que vamos a ver a personas de entre 40 y 60 en las cifras de fallecidos, porque son más numerosas que las personas mayores dentro de la población. Pero la gravedad de la enfermedad para este grupo, entendida como porcentaje que tiene síntomas graves y riesgo de muerte, es bajo. En estudios serios a escala internacional, la probabilidad de muerte por coronavirus para una persona de 45 años infectada es de alrededor del 0,15%; es decir, apenas mayor que la mortalidad promedio por influenza común que es del 0,1%.
5. ¿Cómo evitar el riesgo de contagio en la población de 40 a 65 años o de menor a 18 años?
Deben observarse cuidados básicos en cualquier hogar en el que una persona menor sale y los mayores se quedan. Lavado de manos y cambio de ropa para quienes regresan a las casas, desinfección de superficies de alto contacto, etc. Y guardar distancia en la medida de lo posible. Por supuesto que el riesgo de las personas de más de 50 años es mayor que el de los menores que salen, pero todavía son porcentajes manejables, lo cual ya no es el caso para los adultos mayores. Y los menores de 18 años presentan un nivel de riesgo estadísticamente irrelevante por coronavirus.
6. ¿Cómo garantizar la fiabilidad del modelo si la provincia aún no cuenta, pese a los esfuerzos, con pruebas?
El modelo está basado en la información disponible de fallecimientos, que son los datos más firmes que tenemos. Con un nivel de pruebas tan bajo como el actual, las series de contagiados oficiales no tienen mayor valor para evaluar el desarrollo de la epidemia. Ojalá podamos disponer pronto de resultados de pruebas rápidas aplicadas aleatoriamente, con lo cual tendríamos otro elemento para contrastar el modelo con la realidad.
7. ¿Se ha presentado el modelo a alguna autoridad local?
El martes (12 de mayo del 2020) se presentará nuestro trabajo en el Concejo Metropolitano de Quito.
8. La prefecta Paola Pabón comentó sobre el estudio, en su red social twitter, que la gente de 50 años y más representan más de 21% de la población de Pichincha y se les pondría en riesgo ya que no viven solos. Además dice que los hospitales están casi al límite a la provincia. ¿Qué opina de esas críticas?
Más riesgosa me parece la situación actual, en donde la gente sale sin observar ninguna medida ni precaución porque están violando las normas vigentes por necesidad económica. Además, es una creencia equivocada pensar que la mayoría de los hogares son ampliados y conviven personas de tres o más generaciones. Apenas, el 13% de los hogares en la provincia tiene a una persona mayor de 65 años conviviendo con personas menores. Allí se deben enfocar los recursos públicos para reducir los riesgos de contagio y, si es del caso, asistir a los hogares de ingresos bajos que tengan esa conformación. De todas maneras, hay que notar que el riesgo de contagio de una persona mayor es dramáticamente más alto si sale de su casa, que si se queda en ella y solo se cruza con sus familiares.