Puerto Príncipe. AFP
‘Oiga, usted tiene que saber esto: su madre está viva”, anuncia el rescatista a cinco días del terremoto en Haití, después de que su equipo sacara entre los escombros de un supermercado de la capital a María, Ariel, Lamy y continuaba buscando a una cuarta persona.
La historia empezó dos días antes, luego de que la ONU recibiera un mensaje de texto desde un teléfono celular. “Alguien envió un mensaje diciendo que estaba dentro del Caribbean Market, cerca de las góndolas de frutas, carnes y congelados”, cuenta el estadounidense Joseph Fernández, integrante de un equipo de rescate de Miami (el South Florida Urban Search and Rescue) .
En el supermercado de cinco pisos, en la hora pico del martes por la tarde, cuando ocurrió el terremoto, habría entre 100 y 150 personas. Socorristas turcos están en el lugar, ayudados por lugareños. Y se escuchan ruidos.
Arquitectos, expertos y rescatistas buscan sin cesar entre los escombros del edificio, del que solo uno de los lados cayó y por lo tanto no quedó aplastado como una “milhojas”. El equipo se deja guiar por los sonidos; cavó una especie de chimenea desde el suelo hasta el techo. “Esto nos llevó 12 horas.
Mientras tanto, se oían golpes y recibíamos respuestas. A medida que avanzábamos, oíamos murmullos”, dijo Umut Dingsahin, del grupo de rescatistas voluntarios turcos GEA.
Luego se estableció un contacto verbal. Los rescatistas corrieron a buscar a un intérprete. “Venimos a salvarlos, ¿dónde están?”. Entonces entienden que hay tres personas: Ariel, de 7 años, Lamy, de 34 y María, de 50. La niña respondió primero diciendo: “Tengo 7 años”, antes de agregar que un muerto yacía a su lado y que estaba atrapada debajo de alimentos. Fue lo que le salvó la vida.
“Los tres estaban rodeados de alimentos por lo que pudieron comer. Contrariamente a lo que suele pasar en este tipo de situaciones, todavía hay muchas posibilidades de salvar gente, el sexto, séptimo y octavo día después del sismo”, explicó Fernández.
La niña guió a los rescatistas explicándoles que se encontraban entre el primero y segundo pisos. Los rescatistas hicieron un primer agujero del cual salieron con heridas leves en el pecho. Lamy pasó por el mismo orificio. Los rescatistas hicieron una segunda abertura y encontraron a María.
“Fue conmovedor ver salir a la niña; fue el fruto de nuestro trabajo”, describió Fernández, cuyo equipo ya había sacado vivas a dos niñas de una escuela la víspera. “Hubo silencio, todo el mundo estaba muy contento”, añadió el arquitecto turco Zeynep Gul Uma.
Los tres sobrevivientes, extenuados pero lúcidos, lograron responder algunas preguntas. La madre de Ariel llegó corriendo, reconoció a su hija que luego fue llevada por una ambulancia. Joseph Fernández llamó por teléfono al hijo de María en Florida: “Oiga, tiene que saber que (su madre) está bien, estaba debajo de los escombros del supermercado” , anunció. “Oh, Dios mío”, repetía el hijo luego de una larga pausa. “No logro creerlo, gracias”.
Animados por esta victoria sobre la muerte, los rescatistas proseguían sus esfuerzos durante la mañana. Hay que salvar a una cuarta persona: un hombre bloqueado posiblemente entre el segundo y tercer pisos.
“Es muy difícil llegar hasta allí: en un espacio muy estrecho, nuestros hombres hacen agujeros en el hormigón, golpean, rompen la masa que les cae
encima junto con los alimentos, suben y vuelven a empezar”, describe.