Son 11 años del ataque policial en una farmacia de Guayaquil y aún quedan temas pendientes por resolver: siete prófugos y un proceso abierto por la desaparición forzada de cuatro personas en el caso Dolores, hoy denominado ‘González y otros’.
Los familiares de César Mata, Erwin Vivar, Darwin Cañar y Johny Gómez no saben lo que pasó exactamente con ellos la mañana de ese 19 de noviembre del 2003. Desde ese día, su lucha se concentró en pedir que se esclarezca el hecho y que no termine en la impunidad.
Iván aún recuerda la llamada “desesperada” de su hermano César. “Me dijo: estoy detenido en la Policía Judicial, estoy al fondo, haz bulla, haz bulla que me van a matar…”. Los seis hijos de la víctima desconocen en dónde está su padre. Pilar Valenzuela es madre del desaparecido y recuerda que su hijo cumplió 33 años el mismo día en que no regresó a casa.
Mireya Vélez también tiene recuerdos. Esa mañana miraba las noticias cuando se mencionó que su sobrina había sido detenida tras el asalto. En ese entonces, la joven acompañaba al esposo de Vélez, Erwin Vivar, a una entrevista de trabajo. “Hice la llamada al celular de mi marido, me contestó y me dijo: Mireya estoy preso, me quieren matar, cuida a mi hijo, cuiden a la chica, me tienen en una emboscada, me van a quitar el celular”. Hasta ahora no se sabe lo que pasó con él.
A la sobrina la procesaron y permaneció detenida cuatro años por lo que ocurrió. Ella fue testigo protegido de la Fiscalía durante la audiencia de juzgamiento contra los uniformados y que terminó con una condena de 16 años contra cinco procesados. Allí se presentó encapuchada y contó detalles de lo ocurrido en ese supuesto cruce de balas.
Hasta el año pasado solo se conocía de la desaparición de tres personas. Sin embargo, en el plantón que se hizo frente a la farmacia por el décimo aniversario aparecieron los parientes de Darwin Cañar. De él nadie sabe su paradero. Ellos explicaron que Darwin salió a buscar a su hermano tras el asalto y hasta hoy no saben dónde está.
Por los 11 años de este caso, que se cumple hoy, los familiares de los cuatro desaparecidos tienen previsto organizar un plantón para pedir a la Fiscalía que acelere las investigaciones.
Actualmente, el caso está en indagación previa, es decir, en una de las fases iniciales de una investigación penal. Y no quieren que se repitan las trabas que vivieron al inicio del proceso judicial en el 2004.
En ese grupo está Dolores Guerra, la esposa de Johny Gómez, el hombre que aparece en una fotografía con el rostro cubierto mientras era llevado por un hombre ahora condenado.
Ahora Guerra recuerda que le dijo su esposo la última vez que se comunicó con ella a través del teléfono: “Estaba intranquilo y me decía mi amor, mija, mija, me van a matar, me van a matar, cuida mucho al niño, me van a matar, ¡ayúdame!, busca a la prensa para que conozcan lo que pasa”.
En el informe de la Comisión de la Verdad, publicado en junio del 2010, se denuncia este caso dentro del expediente 816090 como una grave violación a los Derechos Humanos.
En contexto
El 6 de noviembre pasado, el juez de la Corte Nacional de Justicia Wilson Merino dio a conocer la sentencia en contra de los procesados por las muertes ocurridas en la farmacia. La Corte absolvió a un excomandante general de la Policía, también indagado en el caso.