Peritos viven de cerca el impacto del coronavirus en Quito

Los peritos Jhon Camisan (izq.) y Juan Carlos Salazar, en Criminalística. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Los peritos Jhon Camisan (izq.) y Juan Carlos Salazar, en Criminalística. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Los peritos Jhon Camisan (izq.) y Juan Carlos Salazar, en Criminalística. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

El turno apenas comenzaba y el celular del perito Jimmy Guerrero sonaba una y otra vez. Eran las 05:30 del lunes 13 de julio. Los mensajes que enviaban los coordinadores de Criminalística alertaban sobre un hombre, de 91 años, que acababa de fallecer en su casa ubicada en Iñaquito, un sector del norte de Quito. La orden fue encargarse de levantar el cadáver.

Guerrero es capitán de la Policía. El jueves recordaba ese lunes, el día con el mayor número de decesos relacionados con la pandemia del covid-19. Hubo 11 casos. Él lleva 10 años en esta tarea, pero cuenta que ahora es diferente: los familiares de los fallecidos tienen temor al contagio. “Mientras llevamos los restos, la gente llora y se aleja por miedo a enfermarse”. Eso también ocurrió cuando murió el hombre de 91 años. El virus terminó con su vida.

Cuando acuden a estas emergencias, los peritos tienen todo un protocolo que seguir. No solo levantan los cuerpos, también registran sus identificaciones, la escena, fotografían los rostros, tienen contacto físico con el cuerpo y recopilan toda la información.

Colocan tinta en las yemas de los dedos y las aprietan contra una lámina de necrodactilia.

Los datos son enviados al laboratorio de Criminalística a través de WhatsApp y en 20 minutos son cotejados con la base del Registro Civil.

En lo que va de julio del 2020, los peritos han levantado 56 restos de personas que han fallecido en Quito con covid-19. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Las líneas continuas, los puntos, los cortes en las huellas dactilares son analizados en imágenes computarizadas.

Cuando todo está listo, una hoja con los nombres, número de cédula, fecha, dirección y número de evento generado por el sistema de ayuda ECU-911 es colocada en la muñeca derecha del fallecido y la otra en la bolsa para cadáveres.

El subteniente Juan Carlos Salazar ejecutó este procedimiento el pasado martes, cuando atendió un caso en Tumbaco, en las afueras de Quito.

Él trabaja desde enero en Criminalística y sabe que en el sur de Quito hay más casos. Las cifras corroboran esa versión.

El miércoles 15 de julio del 2020 se reportó la muerte de un hombre que murió en el barrio La Bretaña con síntomas de tos y fiebre que los padecía hace dos semanas. Ese mismo día hubo otros dos fallecidos en los barrios Cotocollao y en Las Casas.

En lo que va de julio, los peritos han levantado 56 restos de personas que han fallecido en la capital con covid-19. Estos datos corresponden solo a decesos reportados en casas y calles y no en hospitales.

En abril se registraron los primeros casos en la ciudad, pero en ese mes solamente hubo cinco hechos.

En cada procedimiento, los agentes usan guantes de nitrilo, zapatones, trajes de protección y máscaras especiales.

El perito Juan Carlos Salazar analiza las huellas dactilares en imágenes computarizadas. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Además, los equipos (al día trabajan tres grupos con tres agentes cada uno) tienen una bomba para desinfectarse.

Salazar cuenta que al empezar cada día llama a sus padres, pide la bendición, se encomienda a Dios y sale.

Jhon Camisan es cabo de la Policía. Lleva tres meses levantando cuerpos. Hoy, solo pide seguir bien de salud. Su preocupación es su pequeño hijo.

Los equipos cuentan que incluso han tenido que improvisar estrategias para atender los llamados de emergencia.

Por ejemplo, el jueves 2 de julio, el grupo de Salazar tuvo que usar una escalera y entraron por la ventana a una casa que se encuentra en el centro.

La puerta estaba cerrada y bloqueada desde el interior. El ingreso era imposible.

En una habitación encontraron a un hombre sobre un cúmulo de cobijas y ropa. Falleció, presuntamente, con covid-19. En este caso se demoraron tres horas. Lo normal es tomarse 90 minutos o menos.

Carlos Perugachi comanda el departamento de Criminalística en Pichincha y dice que en el momento pueden levantar hasta 20 cuerpos al día, pero si los casos aumentaran se uniría más personal y podrían atender hasta 90 casos diarios.

Daniel Padilla lleva cinco años en Criminalística. En su muñeca carga una pulsera de tres metales que su papá le regaló cuando se graduó en la Policía. “Esto me trae suerte y solo quiero volver todos los días bien a la casa”. Allí están su esposa y su hija recién nacida.

Él ha aprendido a trabajar incluso con personal de otras instituciones que acude a los sitios donde están los cuerpos.

Hasta allí también llegan un médico que verifica la causa de la muerte, personal de Emgirs para fumigar la zona y trabajadores de funerarias que llevan el cuerpo luego de que peritos recopilan los datos personales.

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