‘Los periódicos continúan como espacios de reflexión’: Felipe Burbano

Felipe Burbano

¿Los 32 años que cumple diario Hoy son una oportunidad para reflexionar sobre cómo está el periodismo ecuatoriano en estos días?
Sí, para reflexionar sobre su contexto y sus desafíos en el marco de un proceso político que ha cuestionado y limitado a la prensa. Es una oportunidad para reinventarse.
¿Este contexto es similar al de hace tres décadas?
Es similar en el sentido de que en 1982, cuando nació Hoy, había un espíritu de cambio y de renovación política. El Ecuador aún vivía los vientos renovadores de la transición democrática. Esta idea movilizaba a la sociedad y sus dinámicas de participación y cambio. Hoy también vivimos un contexto de cambio, pero con una visión totalmente distinta y restrictiva de la democracia y de las libertades políticas.
¿Cuando se restringe a la democracia, el periodismo termina amenazado?
Este proyecto político ha convertido a la prensa independiente en su adversaria. Hay una restricción evidente y clara de la libertad de expresión y no sabemos hasta dónde se quiere llevar esta situación. Eso deriva de una visión muy restringida de cómo el Gobierno entiende la legitimidad dentro de una democracia.
¿Y en dónde radica la legitimidad de los medios?
Todo proyecto democrático es una construcción colectiva de actores políticos y sociedad civil. Y los ciudadanos siempre requieren de espacios desde donde exponer sus puntos de vista y no que los impongan.
Usted hacía periodismo hace 32 años y ahora lo hace desde su columna de opinión. ¿Las inquietudes de este oficio han cambiado?
Hay otras dinámicas en la sociedad ecuatoriana, los actores políticos y su dominio sobre el Estado también son distintos. Pero el desafío es el mismo: cómo pensar el país desde el periodismo, la opinión y los espacios de análisis.
Si es así, ¿cómo debe reinventarse el periodismo?
Saliendo de la simple declaración de los principios de defensa de la libertad de expresión, de la independencia, de la autonomía y proyectarlos mejor en la práctica cotidiana.
¿Cómo lograrlo?
Poniéndolos en práctica en el desarrollo diario de la información. Esa independencia y esa autonomía tienen que ejercitarse frente a todas las formas de poder, no solo frente a las formas gubernamentales. Los medios deben diversificar un poco el espectro desde dónde ven a la sociedad.
¿‘Descorreizar’ la agenda?
Claro. Ver qué hay detrás del Presidente. ¿Qué pasa en el Ecuador cuando lo sacamos del escenario? ¿Qué pasa con las burocracias, con los círculos de poder, con el regionalismo, con la identidad nacional? Creo que tenemos dificultad para mirar estos espacios.
Sobre todo cuando hay una ley que señala lo que es o no de importancia pública.
Pero los medios tienen la capacidad de administrar la agenda periodística y discernir sobre esos espacios. Hay que desplazar la mirada hacia otros temas.
Tras este primer año de la Ley de Comunicación, ¿cómo mira a la prensa?
Creo que hay ciertos temores, fatiga, cansancio por toda esta dinámica de confrontación que emana del Gobierno. Veo que se ha bajado el tono y la importancia que se les concedía a los temas políticos.
¿Y eso es bueno o malo?
Malo, porque demuestra que un modelo de dominación busca imponerse sobre la sociedad, pretendiendo que esta siga a pie juntillas su agenda para polemizar menos y tener menos capacidad analítica.
Este no es un problema que solo les concierne a la prensa o al Gobierno. ¿Cómo miran los ciudadanos esta dinámica?
Los ciudadanos siempre han sido lectores críticos de los medios; su relación con la prensa se ha dado desde el ejercicio de sus derechos políticos y sus capacidades reflexivas y de cuestionamiento. Esa dinámica fue muy rica. Pero tras la intervención violenta que hace el Gobierno en el espacio de la opinión pública, esto se transformó en una polarización. En todo caso, los ciudadanos no han abandonado a los medios.
¿Los medios siguen siendo tan importantes en una sociedad como hace 32 años?
Los medios acompañan la vida del país. Sin los periódicos no tendríamos la posibilidad de reflexionar sobre la sociedad. No se puede prescindir de la labor de los medios, porque estos nos dan una visión de conjunto de un país.
Hace 32 años no había redes sociales ni Internet; hoy cada persona puede hacer en cierta forma periodismo.
Los periódicos siguen siendo espacios colectivos de reflexión. Son cuerpos de periodistas que generan información y a través de ella los lectores se identifican con los medios. Las redes sociales no reemplazan al periodismo, porque la gente busca información confiable, articulistas con capacidad de reflexión colectiva. Allí surge la credibilidad.
Que es el verdadero patrimonio de un medio…
Y para mantener esa credibilidad es importante la renovación. Hace 32 años, Hoy movió a la sociedad porque modernizó su lenguaje, su agenda periodística, sus perspectivas analíticas, el diseño…
¿Cuál fue el secreto de esa innovación?
Conectarse con una sociedad que buscaba democratizarse.
¿Cuál debe ser el principal reto para los medios, ahora?
Ir más allá de la revolución ciudadana y su lenguaje para ver al Ecuador en su realidad: sus tendencias, su identidad. En ese trabajo, los medios deben seguir siendo críticos. Deben refrescar su propia visión de la democracia.
Su trayectoria
Fue uno de los primeros periodistas de diario Hoy, hace 32 años. Mantiene en ese medio una columna de opinión. Catedrático de Flacso en el área de Estudios Políticos.
Su punto de vista
Una sociedad no puede prescindir de los medios; pero a estos les urgente reinventar sus miradas y sus enfoques.