Monte Sinaí cuenta con 35 cooperativas. Hay casas en los cerros que, por las lluvias fuertes, son propensas al riesgo. Foto: Enrique Pesantes/EL COMERCIO
Entre la tarde del miércoles 7 y la madrugada del jueves 8 de mayo del 2015, en el último invierno, Guayaquil soportó una de las precipitaciones más intensas de los últimos tiempos.
15 viviendas colapsadas, 19 afectadas y cuatro fallecidos (dos pequeños hermanos y dos adultos electrocutados) fue el saldo trágico anunciado por las autoridades. Según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), esa lluvia fue la más intensa del 2015 y la más fuerte de los últimos 14 años solo comparada con la del 5 de mayo del 2000.
Las casas que colapsaron por el desbordamiento de canales y esteros estaban en sectores de la vía Perimetral, hacia el noroeste. Las viviendas estaban junto a esteros y canales.
Los dos hermanos, de 2 años y de 6 meses, fueron arrastrados por la corriente, junto a su madre y a su casa de caña, construida al pie de un canal en el bloque 1 de El Fortín.
Ese canal nace desde la avenida Casuarina y recorre en paralelo la Perimetral hasta salir por el túnel de Paraíso de la Flor.
Al pie de la zanja, donde murieron los dos pequeños, Héctor Ocaña cuenta que desde El Niño de 97 ha visto varias casas arrastradas por la correntada. “Ahora han construido unos bordillos y protecciones de cemento pero con la naturaleza no se sabe”, dice quien llegó al vecindario hace 21 años.
El Fortín integra el mapa de las zonas inundables identificadas por la Dirección de Gestión de Riesgos y Cooperación del Municipio de Guayaquil.
El director del organismo, Juan Ramírez, comenta que inviernos muy fuertes –que no llegaron a ser fenómeno de El Niño– como el 2008, 2013 y 2014, donde se presentaron lluvias excepcionales, dejaron aprendizaje para la ciudad.
“Las estadísticas del Inamhi mostraban lluvias de los últimos 10 años donde el promedio de 300 a 400 mm de un mes se acumulaban en 8 a 10 lluvias. Los dos últimos años llovió lo mismo pero en apenas 3 o 4 días. Esto nos hizo descubrir sitios más vulnerables especialmente de la vía Perimetral hacia el oeste”, explica.
Otro de los sitios de riesgo es la Nueva Prosperina. Por haberse asentado en las laderas del cerro, 220 familias de la décima etapa ya han sido reasentadas en el plan Socio Vivienda, en la parte baja. Fue por un trabajo conjunto del Miduvi, Secretaría de Asentamientos Irregulares y la Dirección de Gestión de Riesgos.
En el último invierno por lo menos dos casas de caña se desplomaron. En el sector existen canales que lo hacen propenso a inundaciones en invierno. Por ello, como parte de la contingencia que aplica el Cabildo, se han instalado ocho puentes metálicos en la sexta etapa, para facilitar una eventual evacuación de los vecinos.
Sobre más de 1 000 hectáreas de tierra, alrededor de 35 cooperativas de vivienda forman el populoso sector de Monte Sinaí, el cual está en proceso de legalización por el Gobierno y el Cabildo, según la Ley 88.
Municipio, Secretaría de Asentamientos y Miduvi han identificado las zonas de mayor riesgo y cuentan con un levantamiento de todos los canales principales que cruzan la zona.
Allí se está trabajando en la formación de los Comités de Gestión de Riesgo Comunitario. En otros barrios ya están activados 17 comités.
El sector de La Ladrillera pertenece a Flor de Bastión. Los últimos seis años allí las lluvias han causado estragos por el desbordamiento de un canal.
José Vélez, de la cooperativa Las Delicias en donde se aprecia el canal lleno de maleza, cuenta que hace unos cinco años muchas personas quedaron atrapadas por la corriente. “En invierno los tanqueros de agua no pueden ingresar porque las calles de tierra se convierten en un lodazal”.
En cooperativas como Bastión Popular, Sergio Toral la edificación de casas de caña en los cerros también representan un constante peligro de deslizamientos en invierno.