Quizás los niños más pequeños son los que más añoran el retorno a las aulas, es comprensible, pues para ellos significa encontrarse con los compañeritos, aprender jugando y retornar a casa listos para tomarse una siesta y, luego, seguir jugando.
TeNGA EN CUeNTA
Dos semanas antes del inicio d clases hay que retornar a los horarios para despertarse e ir a dormir anteriores a vacaciones.
Informarse en detalles sobre cómo se desarrollará ese primer día de clases es muy importante. Así padres e hijos estarán preparados para retomar su rutina.
Sin embargo, una vez que se pasa la etapa preescolar, las cosas cambian, la escuela se torna más exigente, hay menos tiempo y espacio para el juego y, en cambio, la exigencia académica va subiendo a medida que el niño crece. Esto significa más lecciones, más tareas, más pruebas, en fin más trabajo y menos tiempo para el esparcimiento.
Por eso no es raro que la pereza se apodere de los chicos cuando se acerca el día de retornar a las salas de clase, lo cual significa que la libertad de horarios y actividades vividas en las vacaciones llegó a su fin. Ahora habrá que madrugar, ir a dormir temprano, no ver tanta televisión ni pasarse horas enteras frente al computador jugando y conectándose con amigos, no quedará mucho tiempo para el fútbol u otra actividad similar, habrá que cumplir con horarios y tareas, estudiar y estudiar será la tónica y, claro, eso despierta mucha pereza.
Sin embargo, según los especialistas, muchas veces son otros los sentimientos que se esconden detrás de la pereza. La gran mayoría de niños y adolescentes enfrentan una serie de ansiedades al momento de retornar a clases. Nuevos maestros, mayores exigencias y planes de estudio más complicados, incluso las relaciones con los compañeros pueden ser algunas de las razones por las cuales se produce esa ansiedad y esos temores tan típicos de esa etapa en la vida de los chicos.
Padres e hijos deben estar listos para el regreso a clases, algo emocionante porque es importante y preocupante.
Hay que estar preparados.Según la doctora Virginia Schiller, autora del libro ‘Rewards for kids’, auspiciado por la Asociación Americana de Psicología, los padres deben “encontrar una forma adecuada para motivar a los hijos en su retorno a la escuela sin usar las amenazas ni los castigos ni tampoco chantajes, pues es el reto más importante que tienen como progenitores”.
Para la experta, lo más importante es estar alerta siempre y detectar todo lo bueno que los chicos hacen para poder premiarlos y hacerles sentir seguros; con este propósito en su libro ha determinado una variedad de alternativas como herramientas de compensación a esos comportamientos adecuados que los niños tienen y que, por cierto, merecen el reconocimiento de sus padres.
Estas técnicas de paternidad responsable y positiva dan resultados magníficos frente a problemas comunes de comportamiento tales como el no querer ir temprano a la cama, hacer los deberes a tiempo y sin lloriquear o inventar otras tareas para dejarlos de lado, así como llevarse bien con los compañeros en la escuela y en casa con los hermanos.
Otra reconocida especialista en temas de infancia, la doctora Stacy DeBroff, autora de libro ‘Mom Book Goes to School’, ofrece una guía para que los padres ayuden a sus hijos a desarrollar una pasión por el aprendizaje desde el preescolar hasta luego de haber dejado las aulas.
Un capítulo muy interesante es justamente el del regreso a clases y en el que DeBroff sugiere empezar con un plan estratégico al menos dos semanas antes del inicio del nuevo año escolar, el mismo que incluye consejos prácticos que ayudarán a los padres a crear una estrecha relación con sus hijos estudiantes.
Ella sugiere que en esas previas semanas se hable con los hijos sobre sus expectativas en relación a la escuela, indagando qué tan entusiasmados están con el regreso y qué puede causar su ansiedad o temor. Considera que es vital explicarles cómo será la nueva rutina, hacer un cronograma que incluya la hora en que deberán levantarse, tomar el desayuno y estar listos para dejar la casa.
Incluso sugiere que se haga un entrenamiento previo al del día de inicio de clases. También considera muy importante que se retorne a las rutinas anteriores a salir de vacaciones, esto es, por ejemplo que los niños vayan a la cama más temprano cada noche para que estén acostumbrados a ello cuando tenga que iniciar clases.
“Cuando se trata de niños muy pequeños conviene establecer un ritual de despedida, sin engaños pero preparándolos para la separación de manera que se eviten escenas de lágrimas y dolor. Explicarles de antemano que deberán quedarse en la escuela y que luego de unas horas se volverán a ver”, dice.
La experta considera que cuando se habla con los chicos sobre sus temores y ansiedades se está ayudando a reducir el miedo. Cree pertinente que los padres cuenten sus propias experiencias y recuerdos de la infancia sobre el primer día de clases, anécdotas chistosas que les harán relajarse y comprender que también sus padres tuvieron temor y ansiedad cada vez que se debían regresar a la escuela.
Una buena sugerencia es que cuando se trate del primer año de escuela o cuando se ha cambiado de institución educativa se lleve a los niños a conocer el lugar y, si fuere posible, para que conozcan también al profesor. Conviene igualmente conversar con los niños sobre cuáles serán las actividades extracurriculares a realizarse luego de las clases. Estas deben ser siempre una fuente de desarrollo y no de estrés para la familia en su totalidad, por eso se debe establecer ciertos límites para evitar cansancio extremo en los niños.
¡Feliz retorno a clases para todos!