No encuentro algo de extraño, la reunión protagonizada entre miembros de la Junta Cívica de Guayaquil con uno de los dirigentes de la Conaie, duramente criticado por los mismos indígenas y el sector oficial, lo que ha impedido una vez más romper las cadenas de vivir juntos, pero de espaldas. Tampoco me parece novedad que mañana o pasado aparezca en la Sierra algún pelucón con poncho de lana y sombrero de paño; de igual manera, un indígena en la Costa luciendo la fina guayabera y el sombrero de paja, ¿dónde está lo malo o censurable de estas reuniones?