Nicolás Maduro, presidente de Venezuela y su homólogo ruso Vladimir Putin, en una reunió en el país euroasiático. Foto: AFP
Juan Guaidó, presidente del parlamento de Venezuela, inició la fase final de la denominada Operación Libertad, el pasado martes 30 de abril del 2019. El plan consistió en una serie de levantamientos en contra de Nicolás Maduro y su Gobierno. Los hechos provocaron que dos potencias mundiales entren en el conflicto: Estados Unidos y Rusia.
El pasado jueves 3 de mayo del 2019, el presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo ruso Vladimir Putin, aliado de Nicolás Maduro, hablaron de la crisis que vive Venezuela por vía telefónica. “¡Charla muy productiva!”, tuiteó Trump tras un intercambio de más de más de una hora con el mandatario ruso.
Durante el levantamiento encabezado por Guaidó, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeyo, aseguró que Maduro estuvo a punto de abandonar el país en un avión hacia Cuba, pero “los rusos le dijeron que debería quedarse”, según el funcionario de la Casa Blanca.
La situación apuntaría a que Rusia tiene condiciones y ha realizado pedidos puntuales a Trump para quitar su apoyo al sucesor de Chávez. El analista político ruso Vladimir Frolov afirma en una publicación del diario The Moscow Times, que “Putín está listo para renunciar a Venezuela por el precio correcto”, pues los intereses de Moscú en Caracas están motivados por temas financieros, energéticos y geopolíticos.
Venezuela tiene una millonaria deuda con Rusia por préstamos que ha realizado el país euroasiático. Por ejemplo, desde 2009, la estatal petrolera rusa invirtió USD 9 mil millones en la empresa de petróleos de Venezuela (Pdvsa). A cambio, Venezuela le entregó al Kremlin el 49% de Citgo, la refinería que tiene la nación caribeña en Houston, Estados Unidos.
Para Frolov, a más de los intereses financieros y energéticos, el respaldo de Moscú a Caracas es un tema geopolítico, clave para que Putin le quite el apoyo al Gobierno venezolano. Según el analista, la crisis que vive Rusia con Ucrania, y el apoyo de Washington a este último, sería uno de los temas que el Jefe del Kremlin negociaría para retirar su apoyo al sucesor de Hugo Chávez.
“Putin mencionó específicamente eso durante su conversación por teléfono con Trump. Retirar el apoyo militar ruso a Maduro también debe ir acompañado de la retirada de la asistencia militar de los Estados Unidos a Ucrania”, asegura Forlov en su artículo.
Rusia y Ucrania se encuentran en una crisis diplomática y militar desde el 2014. Algunas regiones ucranianas han sido anexadas a territorio ruso, mientras que otras se mantienen como parte de un estado independiente y esto ha generado una situación conflictiva entre los dos países.
La intención del Gobierno ruso, al negociar la retirada de apoyo a Venezuela, es que Washington presione a Ucrania “aplique plenamente los acuerdos de Minsk“. De esa manera, “truncaría la soberanía de Ucrania y permitiría a Moscú mantener cierto grado de control sobre las políticas de seguridad de Ucrania”, sostiene el político.
Forlov concluye que “Moscú está lista para vender su participación en Venezuela, pero aún no está claro si Washington está listo para ofrecer el precio correcto”.