Redacción Mundo
Entrevista del día/ Padre Juan Bottasso, director de la editorial Abya Yala, de la Universidad Salesiana.
¿Cómo observa el escándalo de pederastia que enfrenta la Iglesia Católica?
Es una cosa desagradable, grave, eso es innegable; pero me parece que hay una magnificación del tema, pues en los últimos años cuando llega la época de Pascua sale alguna cosa que llama la atención. El tema de la pederastia es actual y no solo es de la Iglesia Católica, sino de la sociedad moderna, hay 90 millones de turistas sexuales en el mundo.
Pero no se puede justificar los abusos sexuales de sacerdotes, por más que sea un problema de la sociedad.
¿Por qué está aquí?
Su experiencia. Fue rector de la Universidad Salesiana. Es profesor de Antropología, presidente del centro cultural Abya Yala.
Su punto de vista. El padre Juan Bottasso cree que es error de la Iglesia Católica afrontar el tema del abuso sexual más como pecado que como delito.
No trato de buscar excusas, de encubrir culpas graves de religiosos. Pero percibo que hay una concentración de los medios en los casos de pederastia en la Iglesia, ¿y los demás?, que son el 99% de la sociedad. Insisto, la pederastia es un problema de nuestra sociedad que tiene que ser afrontado desde el punto de vista legal, sicológico. Que la Iglesia reconozca sus fallas, que castigue a los culpables, está bien; pero por qué se habla solo del 1% y no del 99% de la sociedad. Además, sobre todo en Estados Unidos, grupos de abogados encontraron en esto una mina de oro.
¿El encubrimiento de la Iglesia permitió los innumerables abusos sexuales?
Creo que allí hubo un error de la Iglesia Católica, que trató el tema más como pecado que como delito, es decir, que cuando se comete esa falta se le llama al arrepentimiento, se le pone alguna penitencia y se espera que cambie. Preocuparse más de suavizar los hechos, de ocultarlos para defender su buen nombre, antes que ocuparse de defender a las víctimas, es un error.
¿Qué debe hacer la Iglesia para impedir que se siga cometiendo ese delito moderno, como usted llama a la pederastia?
Yo percibo un cierto letargo en la Iglesia Católica. Debe cambiar de actitud, en el sentido de que no basta pedir que el culpable se arrepienta, debe tutelar a las víctimas. La Iglesia debió ser mucho más enérgica; debe hacer que el culpable sea puesto en una situación de no seguir haciendo daño, y debe repararse a la víctima.
¿La pederastia tiene que ver con el celibato?
Muchos dicen que la Iglesia debe acabar con el celibato, porque allí está la causa de la pederastia. Yo no creo. La mayoría que tiene acusaciones de pederastia son hombres casados. Además, ninguna iglesia está libre de acusaciones de abusos sexuales, porque está compuesta de seres humanos. Nuestra sociedad por un lado exalta la libertad en el campo sexual, haz lo que quieras, con quien quieras, y por otro lado, se pone un sensor durísimo con algunas personas, eso es injusto.
Si la pederastia es un problema de la sociedad, implica que hay crisis de valores, que abarca a la Iglesia?
Exacto, es una crisis de valores que afecta a toda la sociedad, incluida la Iglesia. Hay países como China que tenían aprecio por la familia, por los antepasados, ahora está cediendo a la sed de riqueza; hay 300 000 suicidios al año. La falta de valores contamina, el materialismo contamina, es inevitable. La vida no es pura, no hay nadie puro. Estamos metidos en el barro y el barro ensucia.
¿Por qué surgen otras formas de religiosidad, como la evangélica?
Porque son más radicales que la Iglesia Católica. En eso les alabo, logran lo que nosotros no logramos, eso en parte es porque son nuevas, nosotros somos la tradición. Es mucho más fácil entrar con una propuesta nueva que con una tradicional. Además, hay un desfase en el lenguaje, por ejemplo, con la juventud, que hoy tiene rechazo al autoritarismo, a las imposiciones, a las prohibiciones.
¿Qué debe hacer la Iglesia Católica para ser creíble?
Debe tener coherencia entre lo que predica y lo que hace; y como está compuesta de pecadores, de gente que no es creíble hay que ser también misericordiosos con ellos, porque, como Cristo dijo: el que no tiene pecado que lance la primera piedra. De tal manera que no hay que ser tan duro con los pecadores.