Redacción Quito
Mauricio Ponce pasa a las 08:00 todos los días por el peaje que conduce al túnel Guayasamín.
Conduce un Toyota Corola y desde hace dos años no ha tenido que frenar y bajar la ventana de su auto para entregar los USD 0,40 que cuesta cada pasada por el peaje (de forma manual), de la avenida Interoceánica .
Por el contrario, toma el carril izquierdo, en sentido oriente occidente, y un sensor electrónico colocado en las casetas de cobro detecta el dispositivo (TAG) que está pegado en el parabrisas de su automotor. Entonces, una luz verde anuncia que aún tiene saldo. Cuando se prenden verde y rojo a la vez, Ponce sabe que su saldo de 100 pasadas está por vencerse y debe renovar su TAG.
Sin embargo, cuando a Andrés López, otro conductor, le sucedió lo mismo decidió no tomar en cuenta la señal y después de pasar otras 16 veces, la luz del telepeaje se volvió roja.
Su saldo había expirado, pero no se preocupó, pues a quienes tienen el dispositivo electrónico (TAG) no se les cobra la multa de USD 65, por evadir el telepeaje. Tampoco se les reduce los seis puntos a la licencia de conducir.
“Si el usuario del TAG se pasa y no tiene saldo, simplemente se le descuenta el número de pasadas cuando renueva el servicio, pero si se excede de 100 pasadas se le cobra multa”, dice Paola Martínez, trabajadora del punto de venta de TAG, ubicado en Ventura Mall, en Tumbaco.
El dispositivo cuesta USD 30 la primera vez, más USD 35 que es una garantía en caso de pérdida o robo. La renovación cuesta USD 28,50 e incluye 100 pasadas. Es decir que en cada pasada por el peaje se cobra USD 0,28.
Según el secretario de Movilidad del Municipio, Carlos Páez, se han vendido 68 000 TAG. El dinero que se recauda en este peaje va a un fideicomiso integrado por el Alcalde de Quito, el Gerente de la Emmop, delegados de las provincias por donde pasa la vía Interoceánica y un representante de la ciudadanía.
“Ahí se decide cómo invertir el dinero recaudado”, dice Páez. Hasta el 31 de julio de este año se recaudaron USD 7,4 millones en el peaje de la avenida Interoceánica.
El dinero es destinado al mantenimiento de la vía y al pago del túnel Oswaldo Guayasamín. También se tenía un proyecto para construir otro túnel que llegara desde el valle de Cumbayá hasta Quito y facilitara la movilidad. Sin embargo, “esa posibilidad no existe”, dice Páez, debido a que la construcción de otro ducto costaría cerca de USD 30 millones y “no alcanza”.
El túnel que conecta a Quito con Cumbayá, Tumbaco y Puembo y que está a unos 300 metros del peaje, empezó a operar en 2005. Ahora soporta un flujo diario de 25 000 automotores, de lunes a viernes, según la Policía. Los sábados se registran 16 000 autos y los domingos 12 000. Aquí funciona un contraflujo de lunes a viernes, de 07:45 a 08:45, en sentido Quito-Cumbayá y de 18:30 a 20:00, en sentido contrario.