Por: PABLO TORRES A.
Diez años se acabaron en 42 minutos. Eso duró el último concierto del grupo más emblemático de la historia. No se vendieron entradas y el griterío que ensordecía los estadios fue reemplazado por una admiración silenciosa. Sobre el edificio Apple, los Beatles (junto al pianista Billy Preston) tocaron tres veces ‘Get back’, dos ‘Don’t let me down’, y ‘I’ve got a feeling’, y una vez ‘One after 909’, y ‘Dig a pony’.
El invierno y el viento se colaban por los micrófonos y entumecían los dedos. No tardaron en aparecer los fanáticos y debido al enojo de algunos, tampoco tardó la Policía. Ese 30 de enero de 1969, los Beatles se olvidaron del mundo.
Por eso no se presentaron en Woodstock, tampoco lo hicieron, entre otros, Led Zeppelin, The Doors, Bob Dylan y Jethro Tull. Las excusas fueron varias, pero entre las más llamativas está la de Ian Anderson, vocalista de Jethro Tull que dijo que “no quiere desperdiciar su fin de semana en medio de hippies que no se han bañado”.
Sin embargo, quien sí estuvo ahí fue el celebre Jimi Hendrix. Tenía 26 años. Vestía atuendos con largos flecos y una bandana en la cabeza. Tocaba una Fender Stratocaster para diestros, aunque era zurdo. Acomodaba las cuerdas al revés, con lo que la guitarra funcionaba de manera contraria a su diseño.
Tres días debía durar el festival en donde se esperaban 50 000 personas, pero llegaron más de 400 000. Los problemas de logística hicieron que Hendrix aplace su presentación desde el domingo en la noche hasta el lunes en la mañana. Para ese entonces, la mayoría de la gente se había ido, solo 180 000 se quedaron para ver lo que sería la presentación más recordada del guitarrista.
Después de hora y media de presentación, Hendrix empezó a tocar ‘The star splanged banner’ (himno de los Estados Unidos) de una manera que nadie olvidará. La Fender Strat despedía lastimeros lamentos. Estridencias lacerantes se mezclaban con el rostro del músico que dibujaba un silente ¡Oh, no¡, mientras su guitarra lo decía con furia. Eran las bombas de Vietnam, las ambulancias en Vietnam, la guerra sin paz de Vietnam.
Años después, en 1999, la memorable presentación de Hendrix fue lanzada en un álbum doble.
Pero eso no es todo por lo que 1969 puede considerarse como el mejor año del rock.
Se formó Black Sabbath. Led Zeppelin conocía las primeras glorias con su disco homónimo en cuya controversial portada se ve el escandaloso accidente del LZ 129 Hindenburg, uno de los dirigibles más famosos de tiempos pasados. Para octubre, salió su segundo disco, con el éxito ‘Whole lotta love’.
Otros grupos como Jethro Tull seguían presentando su material, en ese año se trataba de ‘Stand Up’, su segundo álbum, en donde se incluyó una versión de Bourée, original de J. S. Bach.
Otro grupo que marcaría los siguientes años estaba naciendo: King Crimson. Nuevos instrumentos y música experimental definieron al rey carmesí.
Sobre el tejado del edificio Apple, los Beatles ya pensaban es separarse. Las diferencias parecían irreconciliables, ni siquiera se veían para grabar.
Sin embargo, meses después, en septiembre, el disco ‘Abbey Road’ era presentado al público. Fue la última placa que grabaron ‘a la antigua’, es decir, todos tocando al mismo tiempo. El disco es considerado como el mejor del grupo, y uno de los mejores de la historia. Más sobre las grabaciones se puede oír en los ‘bootlegs’ ‘The alternate Abbey Road’, ‘The other way of crossing (Abbey Road Outtakes)’, y ‘ Anthology 3’.
Se acabó el concierto, poco tiempo después se acabaron los Beatles. La Policía subió, y Lennon británico y mordaz, entre aplausos bromeó, “Quisiera dar las gracias en nombre del grupo y de mí mismo. Espero que hayamos pasado la prueba”.