Paz con el pasado y futuro mejor

Habiendo vuelto de Brasil recientemente, he observado con interés y satisfacción que el 3º Plan de Acción Nacional de Derechos Humanos del Gobierno de Brasil incluye planes de crear una Comisión de la Verdad. Un paso importante para llegar a la verdad sobre las violaciones de derechos humanos del pasado y para facilitar la reconciliación.

El compromiso de realizar Planes de Acción en Derechos Humanos ha sido una recomendación que los propios Estados se hicieron en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos  en Viena en junio de 1993. Hoy, Brasil es uno de los pocos Estados de la región que cumple  la recomendación.

Hacer realidad un Plan de Acción es mucho más que un ejercicio de relaciones públicas, implica un profundo proceso de concertación, entre el Estado, sus instituciones y amplios sectores de la sociedad, sobre los principales temas que afectan el goce y disfrute de los derechos humanos. Implica además, un cronograma articulado de acciones concretas dirigidas a la superación de los obstáculos que impiden la realización de los derechos humanos.

Naciones Unidas ha prestado asistencia a Estados emergiendo de conflictos o gobiernos represivos para restablecer el Estado de Derecho y buscar la justicia de transición. La experiencia ha demostrado que las sociedades no pueden gozar de la paz sustentable, el desarrollo y la reconciliación sin enfrentar los abusos del pasado.

Naciones Unidas ha alentado un enfoque comprensivo a la justicia de transición, conforme con las obligaciones y normas legales internacionales.

Varios instrumentos internacionales consagran la obligación del Estado de iniciar investigaciones y procesamientos en torno a graves violaciones de derechos humanos y violaciones del derecho internacional humanitario. 

En consecuencia, estos estándares internacionales establecen límites normativos para la participación de las Naciones Unidas. Por ejemplo, las Naciones Unidas no apoyan  amnistías para el genocidio, crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra, violaciones masivas de los derechos humanos -incluyendo la tortura y tratos crueles, inhumanos o degradantes, ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, las desapariciones forzadas,  la violación u otras formas de violencia sexual de gravedad comparable.

Mediante una planificación pausada y consultas extensivas con actores nacionales relevantes, el Gobierno de Brasil podrá establecer mecanismos para la verdad y la reconciliación.

Es alentador ver a Brasil  promover los derechos humanos. La única manera que estos esfuerzos rendirán fruto es  que  demuestre aun verdadero compromiso de fomentar estos derechos a escala nacional.

Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los DD.HH.

Suplementos digitales