Redacción Negocios, Cuenca, El Nacional de Caracas, GDA
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Los ecuatorianos vivieron un sábado sin cortes de luz, un respiro para una temporada de racionamientos que se inició el 5 de noviembre. En las principales ciudades del país, la normalidad en el suministro de energía regresó. El Gobierno había anunciado que no habría racionamientos durante el fin de semana en todo el país.
Más sobre la crisis
Venezuela donó tres millones de bombillas de bajo consumo a Ecuador para enfrentar la crisis, informó el presidente Rafael Correa. El Mandatario señaló que una comisión de eficiencia energética será la encargada de “ traer los focos en el cortísimo plazo”.
El Presidente anunció que espera conseguir otras 500 000 de esas bombillas en el mercado nacional y 6,5 millones más en el exterior, sobre todo en China, para repartirlas entre los usuarios. “ Eso equivale a construir una central de 400 MW”.
La Empresa Eléctrica Quito anunció ya el cronograma de racionamientos para la próxima semana. La extensión de los cortes de luz será de entre 2 y 3 horas al día, según la zona.
Sin embargo, la falta de lluvias continúa. Ayer, la Central Hidroeléctrica Paute, la mayor generadora del país, estuvo apagada durante seis horas.
Entre las 03:00 y las 08:00, las 10 turbinas que aportan a la caja de máquinas estuvieron apagadas. A partir de las 09:00 se prendieron dos turbinas y hasta las 13:00, otras dos. Horas más tarde, esta central hidroeléctrica generó 1 201 megavatios, que representó el 5,7% de la demanda nacional de energía.
Mientras tanto, en Cuenca, no se registraron precipitaciones en la mañana y tarde por lo que los ríos Tomebamba, Tarqui, Yanuncay y Machángara lucían más secos. Estos son los principales afluentes del embalse de Amaluza, que alimenta a la Central Paute. Por la ausencia de precipitaciones, el nivel del embalse volvió a caer y a las 13:00 se ubicó en 1 972 metros sobre el nivel del mar, el viernes estuvo en 1973.
La cota mínima para evitar que la Central colapse es 1 968 metros sobre el nivel del mar.
A la falta de lluvias, se suma la decisión del Gobierno colombiano de reducir por cuatro días el suministro de energía a Ecuador y Venezuela, para realizar el mantenimiento en sus plantas de generación eléctrica.
El presidente colombiano, Álvaro Uribe, señaló que la decisión la tomó para evitar suspicacias en la opinión pública, debido especialmente a la tensión en las relaciones con Venezuela. “Quiero anunciar que este fin de semana hay un mantenimiento de plantas en Colombia y eso nos obliga a disminuir muchísimo, durante cuatro días, la cantidad de energía que se vende a Ecuador y también a Venezuela”, dijo en declaraciones a la radio RCN.
“Nosotros tenemos todo el interés de que nuestros hermanos venezolanos y ecuatorianos no se vean afectados porque Colombia disminuya el suministro de energía. Por eso, mientras las circunstancias técnicas lo permitan, continuaremos suministrando energía a los dos países”. Uribe dijo que los embalses de las hidroeléctricas del país se encuentran actualmente en 70,8% de su capacidad de almacenamiento de agua.
El pasado lunes Ecuador agradeció a Colombia el aumento en la venta de energía, que le permitirá paliar los racionamientos causados por la mayor sequía de los últimos 40 años. Por esa razón, el Presidente colombiano insistió nuevamente ayer que “a pesar de que nuestro país está en una temporada en la cual empieza la sequía, seremos solidarios”.
Testimonios
Temo que mis hijos se quemen
Elizabeth Cruz/ Ibarra
Los cortes no permiten almacenar los alimentos para dos o tres días. Los apagones dañan las carnes, pescados y frutas. Por mi trabajo no puedo ir diariamente al mercado. Además, el lavado de ropa se deja para el fin de semana porque estoy supeditada a los horarios de racionamientos, que en Ibarra son de cinco horas. También, temo por mis hijos que se quedan a oscuras. Como no me alcanza para contratar una niñera, me veo obligada a dejarlos solos en mi departamento. Por supuesto que les recomiendo que si comienza a oscurecer y todavía no he regresado, no deben prender velas o manipular los fósforos. Como todos los niños temen a la oscuridad. Hasta ahora ha funcionado, pero no siempre se pueden obtener permisos o me es posible volver rápidamente a casa en el transporte urbano.
Ahora tengo un taller móvil
Fabián Zambrano/ Manta
En mi taller de tapicería, ubicado en la zona noreste de Manta, tenemos acumulados los trabajos. Todo empezó hace dos semanas, a causa de los apagones. No puedo darme el lujo de comprar una planta de energía eléctrica, son muy caras para mi presupuesto. Ahora, mi taller lo hice móvil, todo a causa de esta emergencia. Cuando el corte llega al barrio Lazareto, donde vivo, mi taller lo cambio de lugar. La máquina industrial, de coser, la transporto en el balde de mi camioneta Datsun 1 200. Con mis dos ayudantes me voy al barrio Jocay, allí vive mi madre. Me deja usar una parte de su patio. Es la única forma para no quedar mal con mis clientes y sobre todo no dejar de trabajar, yo gano de acuerdo a lo que me da el día a día. Lo bueno es que los dueños de los vehículos pueden ir hacia donde yo les digo.
Testimonios
Temo que mis hijos se quemen
Elizabeth Cruz/ Ibarra
Los cortes no permiten almacenar los alimentos para dos o tres días. Los apagones dañan las carnes, pescados y frutas. Por mi trabajo no puedo ir diariamente al mercado. Además, el lavado de ropa se deja para el fin de semana porque estoy supeditada a los horarios de racionamientos, que en Ibarra son de cinco horas. También, temo por mis hijos que se quedan a oscuras. Como no me alcanza para contratar una niñera, me veo obligada a dejarlos solos en mi departamento. Por supuesto que les recomiendo que si comienza a oscurecer y todavía no he regresado, no deben prender velas o manipular los fósforos. Como todos los niños temen a la oscuridad. Hasta ahora ha funcionado, pero no siempre se pueden obtener permisos o me es posible volver rápidamente a casa en el transporte urbano.
Ahora tengo un taller móvil
Fabián Zambrano/ Manta
En mi taller de tapicería, ubicado en la zona noreste de Manta, tenemos acumulados los trabajos. Todo empezó hace dos semanas, a causa de los apagones. No puedo darme el lujo de comprar una planta de energía eléctrica, son muy caras para mi presupuesto. Ahora, mi taller lo hice móvil, todo a causa de esta emergencia. Cuando el corte llega al barrio Lazareto, donde vivo, mi taller lo cambio de lugar. La máquina industrial, de coser, la transporto en el balde de mi camioneta Datsun 1 200. Con mis dos ayudantes me voy al barrio Jocay, allí vive mi madre. Me deja usar una parte de su patio. Es la única forma para no quedar mal con mis clientes y sobre todo no dejar de trabajar, yo gano de acuerdo a lo que me da el día a día. Lo bueno es que los dueños de los vehículos pueden ir hacia donde yo les digo.