Marie pelea para que no extraditen a Paul Ceglia

El 4 de febrero del 2019, Paul Ceglia acudió a una audiencia en la Corte. Foto: Archivo / EL COMERCIO

El 4 de febrero del 2019, Paul Ceglia acudió a una audiencia en la Corte. Foto: Archivo / EL COMERCIO

Marie Ceglia (de pie) aparece junto a tres amigos de Quito y a su hijo Orión. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

La rutina de Marie Ceglia cambió el 23 de agosto del año pasado. Ese día, mientras estaba en el aeropuerto de Guayaquil, la Policía arrestó a su esposo, el estadounidense Paul Ceglia. Ahora, una vez por semana lo visita en la cárcel de El Inca, en el norte de Quito, a donde fue llevado tras el arresto.

Siempre va con Orión, el hijo que la pareja procreó hace un año en Ecuador. Los otros dos menores, que nacieron en Nueva York, prefieren no ir.

El miércoles, todos estaban en casa. Un poco antes de las 19:00 también les acompañaban amigos que conoció en Quito. Pamela hace de traductora, pues Marie aún tiene dificultades para hablar español.

La familia llegó al Ecuador en el 2015 luego de que el dueño de Facebook, Mark Zuckerberg, lo denunciara por supuesto fraude postal y electrónico, delitos que en su nación son sancionados con penas de hasta 20 años, cada uno.

Marie recuerda cada detalle de lo sucedido en esos días. Su esposo estuvo preso en el 2012, pero tras pagar una fianza de USD 250 000 recobró la libertad y salió con un grillete.

Tres años después, Ceglia se despojó del dispositivo y huyó.
“Había que hacerlo”, cuenta Marie y entre un escaso español y con ayuda de Pamela explica que sus dos hijos recibieron amenazas de muerte.

Una mañana tomaron una pequeña embarcación con camarotes y navegaron 15 días hasta llegar a Cartagena-Colombia. De allí tomaron un bus y en dos días estaban en la frontera con Ecuador. Todo lo pagaron con los ahorros, pues al salir de su país vendieron los bienes que allí tenían.

De Ecuador no conocían nada. Solo habían escuchado hablar del caso Chevron, pero cuenta que se aventuraron.

El primer destino fue Carchi y luego Cuenca. “Fue muy duro esto”, dice Marie.

Un año pasaron en esa ciudad. Aprendieron a comer mote pillo, tortilla y chochos. Pero el frío les afectaba y se fueron a Ballenita, un balneario de Santa Elena. La esposa de Ceglia recuerda que todo iba bien, hasta el arresto de su pareja.

Los policías le interceptaron cuando llegaron al aeropuerto a recibir a amigos que llegaban de Estados Unidos. Le notificaron que sobre él pesaba una orden de extradición expedida por sus autoridades.

Según la justicia estadounidense, Ceglia falsificó documentos y correos electrónicos para reclamar el 50% de las acciones de Facebook.

Marie y su abogado, Marlon Jácome, recuerdan que en el 2010, su pareja había firmado un contrato con Zuckerberg, para recibir la mitad de las acciones, porque había creado un software, que ayuda a funcionar la red social. “Pero esto no se cumplió y por eso lo demandó”, aseguran ambos.

El 4 de febrero del 2019, Paul Ceglia acudió a una audiencia en la Corte. Foto: Archivo / EL COMERCIO

Desde la captura, todos los fallos han sido en su contra y para afrontarlos tuvieron que trasladarse a la capital y arrendar un departamento. El 13 de febrero, la Corte Nacional ratificó la orden de extradición.

Ahora, solo falta el pronunciamiento del presidente Lenín Moreno. En la Ley de Extradición (art. 14) se establece que la resolución de un Tribunal sobre la extradición de una persona no será vinculante para el Jefe de Estado, quien directamente o a través de un Minis-tro podrá denegar el pedido.

El pasado 7 de marzo, la esposa del extranjero envió una carta a Moreno y pide que niegue la resolución de la Corte.

La mujer sostiene la carta en sus manos y dice que en el escrito se explica los antecedentes del proceso judicial y le suplica al Presidente que no permita que su familia “se desintegre”. También le cuenta que tienen un niño ecuatoriano.

En el documento además le dice que al enfrentar un juicio de alimentos, su esposo tiene prohibición de salida del país.

Esta demanda fue presentada en noviembre del 2018.
Marie asegura que enviar a su esposo a Estados Unidos afectaría los derechos de un niño ecuatoriano.

En el Código de la Niñez se habla del llamado “interés superior del menor”. Es decir “que el derecho de los niños está por encima de otros intereses y asuntos. Las autoridades administrativas y judiciales deben ajustar sus decisiones para que eso se cumpla”.

Mientras explica, la madre se queda en silencio y llora: “No quiero que mi hijo se quede sin su padre, no es justo; él tiene derecho a verlo crecer”.

Orión dio los primeros pasos mientras visitaba a su padre en la cárcel. En ese lugar también dijo su primera palabra: “Dad” (papá en inglés).

“Me gusta mucho este país. La gente es muy amable y he podido hacer amigos que me han apoyado en estos momentos difíciles”, asegura la esposa de Ceglia.

Los hijos mayores, de 14 y 15 años, estudian en casa y esperan un fallo definitivo para ver si se quedan o no. Hablan poco el español. Marie está dedicada a cuidar de Orión. Juega con peluches, sale al parque, con su madre va al supermercado y a las audiencias de su padre.

Suplementos digitales