En el sector de Calderón, al norte de Quito, se entregaron 15 patrulleros para controlar los problemas de delincuencia en la zona. Foto: EL COMERCIO
El mayor problema de la zona es la delincuencia. Los robos y asaltos son frecuentes, sobre todo en horas de la noche. Por eso la comunidad de Calderón, en el norte de Quito, celebró a lo grande la llegada de 15 nuevos patrulleros, 75 radios troncalizadas y 1 000 chalecos antibalas a la zona. Esperan que con mejor movilidad y mayor indumentaria la delincuencia disminuya.
La mañana de hoy, miércoles 6 de mayo del 2015, se llevó a cabo un evento en el parque de la Pampa de Calderón, ubicado en la calle 9 de agosto, entre Quitus e Independencia. Desde las 08:00, no menos de 3 000 personas se dieron cita para recibir la dotación y para celebrar el ascenso de 470 oficiales de línea a los grados de tenientes, capitanes y mayores.Gente de la comunidad, alumnos de la Unidad Educativa Calderón, altos mandos de la Policía Nacional y representantes del Ministerio del Interior formaron parte del evento.
Carlos Pozo, comandante del Distrito de Policía Calderón comentó que es la primera vez que una ceremonia de ascenso es realizada en la parroquia. Allí, además, se hizo el lanzamiento de la campaña ‘Sumemos esfuerzos por la seguridad de Calderón’, proyecto que contempla un trabajo en conjunto entre la Policía, la Junta Parroquial, las instituciones educativas y las organizaciones barriales.
El objetivo es volver a Calderón una zona segura, para lo cual, se realizarán charlas, visitas a barrios, escuelas y colegios, para hablar con la comunidad sobre la importancia de la participación ciudadana en el proceso de recuperación del espacio público. Visitarán además centros comerciales, negocios, asociaciones y agrupaciones, para comprometer a la gente a trabajar por el bienestar de todos.
El sector de responsabilidad de este Distrito abarca las parroquias de Guayllabamba, Llano Chico y Calderón, lo que alcanza 175 kilómetros cuadrados, con una población de más de 200 000 habitantes. Solo en Calderón trabajan 263 miembros policiales que trabajan en 16 Unidades de Policía Comunitaria.
El plan contempla además aprovechar las asambleas comunitarias para que los moradores, junto con representantes de la Policía, analicen la realidad del sector, los principales problemas e identifiquen las zonas conflictivas. El segundo paso es encontrar una estrategia en la que todos tengan su cuota de participación para hallar una solución. En las charlas, además, se darán recomendaciones para que las personas sepan lo que deben y lo que no deben hacer para evitar ser víctimas de asaltos.
Otro de los principales problemas de la zona es el consumo de licor. Martha Casapues, moradora, cuenta que la gente acostumbra a beber en las calles hasta altas horas de la noche. Luego vienen las agresiones, los asaltos y la violencia intrafamiliar. Pozo reconoce que ese es precisamente uno de los problemas a atacar y la mejor forma de hacerlo es la concientización, mediante el diálogo.
Para Cecilia Gaibor, de 47 años, la dotación es de gran ayuda para la parroquia y va a permitir una mejor labor de la Policía. No obstante, asegura que hay barrios como Bellavista, donde debido al pésimo estado de las vías de acceso, los autos no pueden ingresar. Precisamente uno de los principales inconvenientes de la zona es la cantidad de vías de tierra y lastre que aún tiene. Según el INEC, de un total de 52 621 vías entre principales, secundarias y de tercer orden, 31 421 son adoquinadas, pavimentadas o de concreto. El resto son en su mayoría, de tierra.
Gaibor, quien además es presidenta de seguridad de la zona, espera que con la ayuda de la Policía y el compromiso de la gente, los índices delincuenciales disminuyan. Está cansada de los arranchos, las agresiones y los asesinatos que ocurren en el sector. Las muertes, aunque no son frecuentes, dice, alarman a la población.