La patria ya no es mía

Cómo decir que la Patria es mía, si cuando al acercarme al cajero de  un autobanco a retirar una suma de dinero soy sorprendido por un individuo que cuchillo en mano me exige  le entregue lo que había retirado.

Tuve que entregarle el dinero no sin antes llevarme un gran susto y  un piquete en el costado, mientras el delincuente huía presuroso en una moto junto con su cómplice.

Cómo decir que la Patria es mía, si al bajarme del bus del colegio, a las 15:00 soy sorprendido por otro amigo de lo ajeno que con pistola en mano me apunta y me exige el celular, y luego  me amenaza y me dice “verás que te robé sin violencia”.

Al  presentar la denuncia en la Policía Judicial,  el asesor legal de la institución me dice que como  el monto del robo no supera lo estipulado por la ley no es factible detener al delincuente, que lastimosamente los asambleístas no entienden el drama que padecemos  y que la Policía solo puede obedecer las leyes.

Cómo decir que la Patria es mía, si mientras estoy atendiendo detrás del mostrador de mi negocio entra un individuo y con el radio de una bicicleta apuntando en mi cuello me dice le entregue el fruto de mi trabajo.

Cómo decir que la Patria es mía,  si lo relatado aconteció en los últimos 15 días a dos de mis hermanos, a mi hija, menor de edad y a uno de mis primos.

Cómo decir que la Patria es mía, si ahora los delincuentes gozan de los mejores beneficios que las leyes, jueces y abogados  les pueden otorgar y hacen de las suyas impunemente sin que nadie pueda hacer nada, quedando únicamente el sentimiento de impotencia.

Sí, la Patria ya no es mía, es de aquellos que con prepotencia imponen leyes, insultan, miran nuestro sufrimiento y no le dan importancia a menos que obtengan un beneficio personal.

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