De 0,47 a 17,3 solicitudes de patentes por año. Ese es el comparativo entre 1989 y 2015 que fue presentado este lunes 21 de diciembre en Guayaquil.
Hernán Núñez, director del Instituto Nacional de Propiedad Intelectual (IEPI), anunció que solo en este año registraron 22 solicitudes de patentes que surgieron de las universidades del país. 17 de ellas corresponden a la Universidad de Guayaquil: dos son patentes de invención, cinco de modelos de utilidad y 10 de diseño industrial.
René Ramírez, secretario de Educación Superior, explicó que la evolución en las cifras tomó impulso luego de la fusión entre el IEPI y la Senescyt, en 2013. Desde entonces han registrado 52 solicitudes de patentes de nueve centros universitarios.
“El Ecuador y las universidades están empezando a generar conocimiento e innovación tecnológica -dijo Ramírez-. El siguiente paso en las universidades es la creación de centros de transferencia tecnológica para que las patentes no queden como estadística sino que generen valor agregado, emprendimiento, empleo”.
Roberto Cassis, rector de la U. de Guayaquil, explicó que parte de las patentes de este centro de estudios están relacionadas con el uso del bambú. Las ideas van desde el uso de este material en construcciones, hasta la elaboración de artefactos para oficinas.
Todas las patentes están ligadas a proyectos de investigación. Luis Carmenate, interventor del área de investigación en la U. de Guayaquil, explicó que en este año desarrollan 51 proyectos y 16 ya han sido aprobados para el 2016 (una inversión de USD 5,5 millones). Para el próximo año, anunció, esperan presentar al menos seis solicitudes más de patentes.
El director del IEPI explicó que los proyectos de investigación científica y de desarrollo tecnológico que se protegen mediante modalidades de propiedad industrial, tienen un valor añadido. En este caso, las universidades tendrán la posibilidad de explotar, económicamente, los resultados de sus proyectos. “Es una protección estratégica”.
Pero el proceso de aprobación no es tan breve. Núñez detalló que la patente se publica 18 meses después de la entrega de la solicitud. Luego de ese tiempo hay un periodo objeciones. Son 60 días para que otras universidades, empresas o investigadores puedan presentar sus impugnaciones.
Posteriormente, se analiza y resuelve sobre la concesión de patente, un proceso que puede durar de tres a cuatro años. “Para que una invención sea patentable tiene que ser nueva, no solo en el Ecuador sino en todo el mundo. Entonces se debe hacer un examen de todas las tecnologías que existen en el mundo para saber si supera a lo que existe el día de hoy en ese campo”.
En el país, en promedio, hay unas 100 patentes por año (entre la academia, el sector productivo, nacional e internacional), como indicó Núñez. Sin embargo, agregó, hace falta subir las cifras. Y el nexo con las universidades es una de las fórmulas.
“A excepción Brasil, que es el país que más solicitudes nacionales presenta, la gran mayoría de países de Sudamérica tiene un porcentaje bajo. Dentro de los bajos, nosotros tenemos un porcentaje aún más bajo. No llegamos ni al 2% de solicitudes nacionales”.