Redacción Quito
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Es un auditorio grande con capacidad para 300 personas, el púlpito es de vidrio y está sobre una tarima con alfombra celeste. Ese es uno de los sitios donde trabaja Teddy Bermúdez. El lugar, también decorado con flores, pertenece a la Iglesia evangélica de la Alianza Cristina y Misionera ubicada en el sector de La
Luz en el norte de la ciudad.
Bermúdez, de 37 años, es el pastor administrativo del templo, pero su lugar de trabajo es diferente todos los días, pues su función demanda que se movilice por toda la urbe.
Otras actividades
Teddy Bermúdez ha trabajado en diferentes áreas de la Iglesia. Un tiempo fue pastor de jóvenes, donde tuvo que lidiar con problemas distintos.
Para el pastor lo más difícil es la movilización por la urbe. Tiene problemas en ubicarse par a encontrar direcciones, pues dice que la ciudad es muy larga y cada vez crece.
Bermúdez también da consejerías cuando personas de fuera de la Iglesia le solicitan ayuda, previa cita.
Sus días inician temprano, ya que gusta de hacer ejercicio en el parque que queda cerca a su casa. “Salgo a caminar, respirar un poco de aire y siempre hago una oración para encomendar mi día a Dios”. Antes de salir de casa prepara, junto con su esposa Ana García, a sus dos hijos Esteban, de 6 años, y Ariel, de 5, para llevarlos al preescolar.
El pastor entra a su trabajo a las 09:00. En las mañanas sus labores se concentran en la oficina, arreglar papeles y revisar la administración del templo. Pocas veces da consejerías a matrimonios jóvenes durante el día; que es su especialidad. “El secreto de mi matrimonio es no ir a dormir sin antes haber arreglado el problema que tengamos”.
Bermúdez, en sus conversaciones, siempre tiene consejos descubiertos en las páginas de la Biblia y esos ‘tips’ le ayudan a buscar soluciones a los problemas cotidianos. Desde que era joven sintió la vocación para ayudar a resolver dificultades por medio de la guía de Dios. Por este motivo, entró al seminario Nazareno, donde estudió Teología durante cinco años .
Gracias a su preparación ingresó a la Alianza Cristiana y Misionera. Ahí conoció a su esposa. Desde entonces el acercamiento que ha tenido con personas de diferentes estratos sociales, culturales y económicos es lo que más preocupa a Bermúdez. “Muchas veces voy en el carro y quisiera poder ayudar a todos los niños que veo en las calles, me gustaría que la ciudad luzca diferente”.
Por eso, en las tardes su labor cambia. Bermúdez recorre la urbe visitando a gente enferma o que ha sufrido la pérdida de un ser querido. “Hay realidades económicas diferentes, pero las enfermedades y el dolor no toman en cuenta nada”.
Las noches, en cambio, el pastor se reúne con varios grupos de creyentes de la iglesia denominados células. Con ellos, durante dos horas, estudian la Biblia, oran, conversan y alaban a Dios.
Quisiera dar esperanza para resolver los problemas que tienen los quiteños
Teddy
Bermúdez
Pastor Iglesia EvangélicaLos días de Bermúdez son largos. “A veces escuchar tantas cosas te predispone de mala manera, pero ahí está el triunfo”.
El trabajo que realiza Bermúdez como pastor consiste en dar esperanza a las personas que conoce por medio del conocimiento de Dios. “Trato de llevar mi vida como un ejemplo para los que me rodean”.