Redacción Guayaquil
Las pastas se acoplaron al paladar de los ecuatorianos. Su variedad de formas, colores y tamaños en los supermercados, lo demuestra. Las hay frescas, secas y rellenas. Esas son solo tres tipos generales de un aproximado de 200 clases diferentes de ese producto en el mercado mundial.
Las pastas junto a los panes, arroz, yuca, papa y cereales conforman el grupo de los carbohidratos de la pirámide nutricional que se debe consumir.
Es uno de los productos que mayor variedad de complementos puede llegar a tener. Entre ellos las salsas, carnes y mariscos, vegetales y especias.
Para muchos, la pasta es sinónimo de la cultura gastronómica de Italia. En ese país, ha alcanzado su máxima expresión. Cada región tiene una salsa diferente para los espaguetis, fettuchini, capelli, macarrones, tagliatelle o tallarines, entre otros.
La salsa al pesto, boloñesa, carbonara o primavera son solo algunas de las más conocidas para acompañar la pasta.
Sin embargo, el origen de este alimento no ha sido definido. Una de las teorías es que el viajante Marco Polo luego de su travesía por el Oriente la llevó a Europa, explica Eduardo Espinoza, del restaurante italiano Riviera, ubicado en el norte de Guayaquil. En Ecuador las pastas están en la dieta diaria. Los mariscos, el pollo e incluso el arroz se utilizan para acompañarlas.
La pasta, en sus diferentes formas, se prepara con una masa compuesta por harina de trigo, agua, sal y huevo que luego debe ser cocinada.
Por ello se cree que ese alimento es altamente calórico y perjudicial en una dieta saludable y baja en grasas. Pero los nutricionistas le dan su valor real.
“Son necesarias las pastas porque son carbohidratos y estos nos dan energía para nuestras actividades diarias. Lo malo es combinar muchos carbohidratos”. Es la explicación de la nutricionista Sandra Lozada, del Slim Medical Fitness Center, ubicado en el Puerto Principal.
En efecto, los ecuatorianos mezclan varios tipos de carbohidratos en un mismo plato y en grandes cantidades. Un ejemplo: comer tallarines verdes con arroz, carne frita en aceite, más una bebida gaseosa.
Cada 100 gramos de pasta contiene 332 calorías. En una dieta normal de 2 000 calorías, el promedio de pasta recomendable es 60 gramos para mujeres y 100 gramos para los hombres.
Una persona sin problemas de diabetes o sin niveles altos de colesterol malo puede consumirla dos veces por semana.
La pasta no es perjudicial para la salud, todo dependerá del tipo de salsa con la que se la acompañe. Incluso puede ser más fácil de digerir que el arroz, comenta la nutricionista Lozada.
Algunos de los ingredientes básicos que no pueden faltar en la preparación de las pastas son el tomate, aceite de oliva, ajo, la albahaca y el queso.
La nutricionista Gabriela Jordán recomienda comer salsas hechas en base de vegetales.
Incluir proteínas como las carnes, el pollo y el pescado le da mayor valor nutricional y puede comerse como plato único en el almuerzo o cena, indica. Las salsas más dietéticas son las elaboradas con la pasta de tomate o salsa con verduras como los champiñones.
Por el contrario, las que más engordan son las que llevan tocino, crema de leche y abundantes cantidades de queso, acota. La pasta también presenta opciones variadas para los vegetarianos. A las rellenas como los ñoquis, canelones o los tortellini, se les puede añadir espinaca, acelga, queso ricota o cualquier otro tipo de vegetales. Incluso hay pastas de colores que pueden elaborarse de forma casera. Es el caso del espagueti preparado con zanahoria (naranja), remolacha (roja) y la espinaca (verde). La pasta negra es mezclada con tinta de calamar. Esta puede ser acompañada por atún, camarones o pescado. Como cualquier tipo de alimento, hay que comer las pastas en cantidades equilibradas.
Tome en cuenta
La pasta puede sustituir a otros carbohidratos como el arroz, la papa, el maduro, verde, yuca, papa y nabos.
Es más rendidor (a la vista) comer tallarines o espaguetis, respecto a comer las pennette, lazos o maccheroni. Esto quiere decir que con la misma cantidad de peso uno puede sentir que come más con los tallarines.
El tiempo de cocción máximo de las pastas es de 15 minutos. Para que esté al dente se requiere cocinarlas durante ocho minutos.
En la Sierra la digestión de las pastas toma más tiempo. Se recomienda no comerlas en las noches. Tampoco usar grasas para condimentarlas. El aceite de oliva es más saludable.
Tortiglione al corazón de mascarpone
Ingredientes
200 gr de pasta tortiglione
120 gr de tocino
10 gr de mantequilla
40 gr de queso mascarpone
20 cc de crema de leche
20 gr de queso parmeggiano
Preparación
En una sartén se refríe el tocino con la mantequilla y la pimienta, mientras en otra olla cocinamos en agua hervida el tortiglione durante ocho minutos hasta que esté ‘al dente’. Una vez cocinado la pasta se mezcla con el tocino y le agregamos el queso mascarpone, la crema y para servir ponemos queso parmeggiano.