El pase del Niño se replica en el país

Redacción Cuenca, Sierra Centro e Ibarra

En la segunda quincena de diciembre, las comunidades y los barrios, en diferentes partes del país, se organizan para el tradicional pase del Niño. Esta costumbre tiene renombre en ciudades como Cuenca, Riobamba, Otavalo... Allí, el niño tiene características propias. 

El pase del Niño Viajero se cumplirá en Cuenca el 24 de diciembre. Es una especie de pregón que recorre las calles céntricas de la ciudad.   Los multicolores carros alegóricos son decorados  con vistosos cortinajes, frutas y  alimentos de la región.

Los niños y adultos, con atuendos típicos, viajan en ellos representando a los personajes bíblicos ( la Virgen María, San José, el Ángel de la Estrella, pastores, reyes magos…). También se visten de cholas, cañarejos, otavaleños y saraguros. 

La multitudinaria procesión, de más de cinco horas, reúne cada año a unas 25 000 personas. Cantan villancicos, danzan y ponen ofrendas al Niño.

En Riobamba, el pase del niño Rey de Reyes es la fiesta religiosa más esperada del año. Las vísperas de la celebración  empiezan el 5 de enero,  en la iglesia de la Loma de Quito. El 6 se realiza un  desfile con la participación de comparsas, curiquingues, payasos y danzantes, que en su mayoría llegan de Pujilí, Latacunga, Guano y Guaranda. 

Según el historiador Carlos Ortiz, esta fiesta es una mezcla de lo religioso, lo pagano y lo tradicional de la Sierra centro.

Los vecinos de la parroquia Espejo, en Otavalo, también tienen su propia fiesta de Navidad. La imagen del Niño Jesús, que se exhibe en la iglesia de la Sagrada Familia, es el centro de atención.

Junto a la imagen se exhiben decenas de vestidos, que representan la interculturalidad. Indígenas y mestizos participan en el pase, que es el 24 de diciembre.

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