El fin de semana hubo aglomeración de personas en Barrionuevo (San Bartolo), sur de Quito. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
A la vera de la línea del tren que cruza el corazón de San Bartolo, en el sur de Quito, ocho hombres y mujeres comparten charla y cerveza. Es lunes 31 de agosto, a las 13:00, y pese a la garúa el grupo no se movía del sitio.
Esta zona es parte de 19 barrios de San Bartolo, una de las parroquias donde más crecieron los contagios por covid-19 durante el mes de agosto, al pasar de 307 a 559 positivos en 31 días.
Este crecimiento acelerado de la curva de contagio también se observa en Conocoto, Solanda, Chimbacalle, Quitumbe y La Ecuatoriana. Estos seis sectores concentran 4 426 de los 21 739 contagiados reportados hasta el 31 de agosto, es decir, representan el 20%.
Ninguna de estas parroquias está en la lista prioritaria de controles, que se lleva a cabo desde el 17 de julio para que se respete el distanciamiento social.
En ese listado están Chillogallo, Guamaní, Calderón, Belisario Quevedo, La Magdalena, Cotocollao y el Centro Histórico, pues son las que más infectados registran.
Entre los problemas frecuentes de San Bartolo están los libadores, asegura Leonardo Yatza, presidente de Barrionuevo, que forma parte de esta parroquia. Las calles Canelos y Miguel Pontón (cuchara de Barrionuevo) y en el parque Chino (Arrayanes) son los sitios de encuentro para libar.
“Estacionan los carros y viran el codo hasta la medianoche, y la música es en alto volumen”. La Policía los dispersa, pero regresan más tarde, señala.
La venta informal, sobre todo en lugares muy comerciales como la calle Canelos, también preocupa. Esta semana se activó la campaña ‘Mi barrio sí se baña’, con el fin de que el dueño de casa limpie su vereda y como premio recibe mascarillas.
Otra parroquia que, incluso, superó en casos al Centro Histórico, y ahora está en séptimo lugar por número de contagios (905) es Chimbacalle.
Raúl Almendariz, dirigente de la Ciudadela México, dice que ese repunte estaba previsto, pues en época de graduaciones de los colegios (finales de julio) hubo reuniones sociales y “probablemente eso desencadenó los contagios”.
Al caminar por sus calles -incluido el mercado Chimbacalle- se nota la ausencia de moradores. Igual panorama se observa en las calles principales de algunos de los 27 barrios de esta parroquia: Obrero Textil, 11 de Junio, Inmaculada, La Colina, Chimbacalle Alto y Bajo.
Otra realidad se evidencia en las afueras del mercado de Chiriyacu, donde los vendedores ambulantes llenan las aceras de este centro de abastos.
Hay otras tres parroquias en donde la curva de contagio siguió acelerada durante el mes de agosto. Conocoto, Quitumbe y Solanda. En esta última, el comercio informal tiene sitiados algunos puntos. Gonzalo Gutiérrez, del directorio del Comité Central de la Ciudadela Solanda, señala que son las calles J y Juan Barreto.
Pese al control de las autoridades municipales y el toque de queda, no hay respeto, añade el dirigente y teme que en un futuro las cosas empeoren por el incumplimiento del distanciamiento social y las medidas de bioseguridad.
Los libadores también tienen sus lugares fijos: los pasajes y los parques Ecológico, El Laberinto y los pequeños que no tienen nombre, apunta Hermo Jiménez, presidente del Comité de Solanda.