Carlos Rojas. Corresponsal Bogotá
La falta de identidad ciudadana y de peso político real de la que adolece el Parlamento Andino tiene que ver con su fuente de origen. El hecho de que haya sido concebido como un organismo que delibera, colegisla, pero cuyas decisiones no son vinculantes, es razón para su aparente debilidad.
Su secretario general, el cuencano Rubén Vélez, habla de una permanente evolución del Parlamento Andino, cuya sede es Bogotá. “Este octubre cumpliremos 30 años, los cuales han atravesado varias épocas de crisis”.
5 diputados
andinos elegirá el Ecuador el domingo. Reemplazarán a los elegidos en 2006.Este funcionario recuerda que la década perdida de los ochenta, por ejemplo, frenó el espíritu constitutivo que perseguía el Parlamento. Recuerda la crisis económica, la salida de Chile del entonces Pacto Andino, entre otros.
Estos obstáculos impidieron que en 20 años sus representantes fueran elegidos por voto popular y más bien fueran nombrados por los poderes legislativos de las respectivas naciones, que delegaban de su seno a 5 congresistas.
Fue entonces que en las grandes reformas andinas que se iniciaron en Quito, en 1995, tanto para la CAN como para su Parlamento tomaron nuevos bríos.
Venezuela y Perú comenzaron eligiendo en las urnas a sus delegados, luego fue Ecuador en 2002. Colombia lo hará en 2010 y Bolivia en sus siguientes
comicios.
Desde la experiencia de Vélez, la incorporación de los parlamentarios elegidos por el pueblo ha dado mayor dinamismo a la entidad. “Antes las reuniones estaban supeditadas a las urgencias legislativas de cada uno de los países. Una interpelación o la aprobación de un presupuesto era motivo para que los congresistas de no vinieran a las sesiones”.
Ahora, por el hecho de que las bancadas de Ecuador y Perú son elegidas en las urnas, se han podido diseñar los períodos de sesiones y establecer el Código de Ética para los parlamentarios.
Las deliberaciones se realizan en dos momentos del año: de marzo a junio y de agosto a noviembre. La disposición es que la última semana de estos meses se reúna el Pleno.
Pese a este sistema, aparentemente mejor estructurado, el peso parlamentario cuenta poco. El colombiano Mauricio Parodi cree que eso es normal. “Los regímenes presidencialistas siempre tienden a debilitar a las legislaturas, eso pasa con nuestro Parlamento Andino, donde las decisiones se toman entre mandatarios”.
La voluntad política es la principal herramienta que, según Vélez, garantiza el éxito de las iniciativas que persigue cualquier modelo de integración regional. “Es un proceso de madurez que debe ser superado en cada crisis. Para nosotros fue un golpe la salida de Venezuela en 2006”, al igual que este ambiente de distanciamientos entre las cuatro naciones que quedan.
Aunque hay críticas por el poco aporte efectivo que este ente brinda, ha habido momentos claves dentro de su historia de tres décadas. El Parlamento Andino impulsó la creación de la prestigiosa Universidad Andina, con sedes en Bolivia y Perú.
Actualmente, se trabaja en la creación del Instituto de Altos Estudios para la Integración y el Desarrollo Legislativo. Es una especie de tanque de pensamiento de temas de la integración regional. Además se ha hecho énfasis en la discusión de temas de tipo social y ambiental, que sirvan para profundizar legislaciones en la CAN.
El otro tema fundamental de este organismo, concluye Parodi, es la llamada diplomacia Parlamentaria. La interacción con sus similares de Mercosur, el Parlatino o la comunidad de Centroamérica es un buen espacio de diálogo, necesario para los países. El presupuesto del organismo es de USD 700 000.
Punto de Vista. Felipe Burbano de Lara/ Analista
Un organismo sin relevancia
El Parlamento Andino no tiene ninguna importancia ni relevancia dentro del diseño institucional de la Comunidad Andina de Naciones.
Podría existir o no existir el Parlamento Andino que eso no cambiaría en absoluto la característica, la naturaleza, las complejidades y las limitaciones del proceso de integración.
Creo que son instancias político-burocráticas que se crean por intereses de determinadas élites subregionales. En este caso, con el afán de ampliar los procesos de integración, pero que en la práctica no tienen ningún peso, significación ni relevancia.
Creo que este proceso electoral va a pasar totalmente desapercibido entre la población.
Hay que hacer la elección de parlamentarios andinos porque es parte de las obligaciones que tiene el Ecuador con la Comunidad Andina de Nacionales y porque es parte de las responsabilidades de la representación política del país en un organismo de integración subregional.
Sin embargo, va a pasar absolutamente desapercibida esta elección que se da no solo en un escenario de crisis económica general, sino en un momento de crisis de la integración subregional.
Lo que menos interesa a la gente es ir a un nuevo proceso electoral -hay un cansancio de procesos electorales- para elegir a los representantes del país en un organismo que tiene tantas dificultades como la Comunidad Andina de Naciones.