Raúl Córdoba Avilés
Alejandro Carrión Aguirre nos relató en uno de sus cuentos que si un estudiante era próspero pedía almuerzo con dos huevos; si era mediano, con un huevo; y pobre, sin huevo.
En la puerta un mesero pedía a gritos los almuerzos a medida que los clientes entraban: “¡Un dos huevos! ¡Un chulla huevo! ¡Un sin huevos!”.
El hombre de los dos huevos entraba campante. El chulla huevo era amable. El sin huevos deseaba que la tierra lo tragara.
En nuestros tiempos, desde que se inauguró la revolución ciudadana, no asoma partido o líder que proteste y movilice la conciencia nacional, a tal punto que si estos o líderes tuvieran que ir a servirse un almuerzo en el mismo restaurante el chico de la puerta solo tendría que gritar a todo pulmón: ¡Un país, pero sin huevos!
DEL ASAMBLEÍSTA HÓLGER CHÁVEZ
Hólger Chávez Canales, Asambleísta de Bolívar
Respecto a la nota publicada en EL COMERCIO el 9 de julio de 2009 sobre los hechos del miércoles 8 de julio, durante la sesión del Pleno, hago la siguiente declaración:
En la nota se señala que: “… el asambleísta oficialista Hólger Chávez encaró a Lara e intentó lanzarle una patada, pero no alcanzó, porque se interpusieron otros asambleístas y la Escolta Legislativa…”.
Esto es inexacto, pues fue el asambleísta Galo Lara (PSP) quien se acercó y a la traición descargó un puntapié en mi rodilla derecha y mi reacción fue el momento mismo del ataque, un acto instintivo y de defensa propia. Soy hombre de paz, respetuoso y tolerante de las opiniones y acciones de los demás.
La acción del asambleísta Galo Lara fue porque pedí al Presidente que diera cumplimiento al art. 11, numeral 7, del Mandato 23, esto es, que se retire de la sala a los asambleístas que estaban haciendo escándalo y alterando el orden de la sesión.
Aclaro que la actuación de Galo Lara y otros asambleístas de provocar incidentes y escándalo de manera continua, con el fin de desprestigiar a la Institución, es una estrategia reutilizada al puro estilo de la partidocracia. Adjunto certificado médico.
EL 15 DE NOVIEMBRE
La fecha exacta de la matanza a los obreros, sindicalistas y manifestantes guayaquileños fue el 15 de noviembre de 1922.
La confusión nació a partir de un artículo del columnista Benjamín Rosales del pasado lunes y una carta posterior en la que se refutaban los argumentos del columnista al comparar esa fecha con el 2 de Agosto de 1810. Agradecemos al lector Carlos Hidalgo por su precisión.