Paradas y señales, dañadas hasta con ácido

La parada de la av. De Los Shyris fue afectada con grafitis. Sarmiento SA ya la limpió. Foto: EL COMERCIO

La parada de la av. De Los Shyris fue afectada con grafitis. Sarmiento SA ya la limpió. Foto: EL COMERCIO

La parada de la av. De Los Shyris fue afectada con grafitis. Sarmiento SA ya la limpió. Foto: EL COMERCIO

La empresa argentina Sarmiento SA se encarga de los trabajos de reparación de las 37 nuevas paradas de buses que resultaron afectadas por vandalismo durante los últimos días en Quito.

Adhesivos pegados en las paredes de vidrio, así como grafitis pintados con spray o ácido son los problemas más recurrentes. Lo explica Christian Zaragocín, gerente de Operaciones de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop).

Las estaciones dañadas son las de la Shyris y Naciones Unidas, así como las de la Amazonas y sus intersecciones con las vías Iñaquito, Blasco Núñez de Vela y Atahualpa. También en la avenida América y Cuero y Caicedo, y en la 12 de Octubre y Lizardo García.

Lo más preocupante es que desconocidos afectaron con ácido los vidrios de 11 paradas, ubicadas en la avenida De los Shyris y sus intersecciones con la Suecia, Bélgica y Eloy Alfaro. Lo mismo ocurrió en la 6 de Diciembre y Whimper.

“Es una nueva modalidad de grafiti”, señala Zaragocín. Las autoridades detectaron que desconocidos llenan con ese líquido botellas plásticas, les hacen un hueco en la tapa y lo rocían sobre los cristales de las estaciones para pintar mensajes o dibujos. Ante ese tipo de actos vandálicos, el Municipio informó que el tiempo de respuesta ha sido de 48 horas. Hasta ayer, las paradas no presentaron nuevas afectaciones ya que fueron rehabilitadas la semana pasada.

Usuarios que ayer esperaban un bus en la parada de la av. De Los Shyris mostraron su preocupación. “Es el colmo que haya gente que dañe con ácido o pintura las paradas nuevas”, señaló Miguel Riofrío. “Seguramente son personas perversas que no quieren a la ciudad”, reclamó María Salazar.

El contrato con la firma internacional -indica Zaragocín- abarca obras de mantenimiento continuo y correctivo por 10 años. También la construcción de 414 nuevas paradas en cuatro fases diferentes durante 150 días. En la primera fueron 109 y comenzó el pasado 11 de mayo en el centro, sur y norte de la urbe. La segunda también se inició y abarca 120 en el Centro Histórico. En la tercera son 100 y en la última 85.

Es un contrato de alianza público-privada y el Municipio no invierte. “Es una inversión aproximada (de la empresa privada) de USD 30 millones a cambio de la explotación de publicidad en las paradas. A cambio se recibe también un canon de concesión de USD 1,2 millones anuales por un período de 10 años”, dice Zaragocín.

A esto se suma que 81 paradas antiguas fueron retiradas durante la primera fase. En la Epmmop se informó que las almacenaron para ser repotenciadas por el contratista. Se les dará un arreglo completo y serán reubicadas en otros sitios.

Hasta el momento no se ha identificado a quienes destruyeron las paradas. Según la Ordenanza 0332, quienes destruyen los bienes públicos reciben un castigo de uno a cinco días de prisión o 50 horas de trabajos comunitarios.

Daños en la Simón Bolívar

Más de 20 letreros preventivos de la extensión de la avenida Simón Bolívar, ubicada en el oriente de Quito, están afectados. Desconocidos los pintaron con spray, lo cual dificulta a los conductores observar las señales de precaución.

Esta nueva ruta comienza en el intercambiador de Carapungo y recorre los sectores de Pusuquí y Pomasqui hasta llegar a San Antonio de Pichincha. Este Diario recorrió el sector y constató que los letreros fueron pintados con grafitis vandálicos. Jacqueline Castro, presidenta del GAD de Pomasqui, reclama. “Ya hicimos un oficio a la Alcaldía para que nos ayude con el arreglo de la señalética. No es justo, la obra no tiene ni seis meses de entregada”.

Digna Barcia, titular de la Federación de Barrios de Quito, hizo un llamado a la gente para que cuide las paradas y las señaléticas. Y a los vecinos para que ayuden a vigilar y denuncien a quienes las destruyen.

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