En el ingreso al parque Bicentenario no solo están los voluntarios que forman una calle de honor, y que dan la bienvenida a los devotos que continúan ingresando al escenario en el norte de Quito.
En los exteriores del exaeropuerto también hay cientos de vendedores que ofrecen velas a USD 0,50, platos con chaulafán por USD 1 y hasta bancos plásticos a USD 5. Sánduches, café, agua, gaseosas; gorros, chompas, guantes para el frío… la oferta es variada en las calles aledañas al parque.
Ya en el interior del parque llama la atención una enorme pantalla, en la que muchos de los recién llegados observan imágenes ininterrumpidas que muestran momentos de la visita del papa Francisco al país. En la zona norte hay otras diez pantallas gigantes, que ayudan a los fieles católicos a soportar el frío.
La fiesta de la juventud llegó a las 20:12 conformada por miles de jóvenes (entre 8 000 y 10 000). Ellos partieron a pie desde el estadio Olímpico Atahualpa y se ubicaron en distintos puntos del Bicentenario.
A lo largo de lo que fue la pista aérea del exaeropuerto Mariscal Sucre se observan ya cientos de carpas donde muchos feligreses se protegerán del frío en la madrugada. Otros aguardarán a pie hasta que el sol del amanecer salga para calentarlos.
Los fieles acampan en el parque Bicentenario, en el norte de Quito, para presenciar la misa campal del papa Francisco. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
En una de esas tantas carpas están las hermanas Esperanza y Clemencia Fuentes. “Somos de Quito y es un honor tener en nuestro país al Santo Padre. Si hay gente que viene de lejos, cómo no venir nosotras que vivimos cerca”, dijo la señora Esperanza, quien iba a dormir por primera vez a la intemperie.
A las 21:10 los creyentes, muchos de ellos con enormes maletas y bolsas de dormir, continuaban llegando. Así ha sido desde que se abrieron las puertas en la tarde.
Se estima que unas 100 000 personas ya se encuentra en el Bicentenario. Así lo calcularon dos voluntarios según el número de cuadrantes ocupados hasta esa hora.
Para poder controlar a tantos feligreses, el parque se dividió por cuadrantes (33). Cada uno de estos podrá albergar a unas 20 000 personas.
Por los altoparlantes se anunció que sacerdotes, de diferentes congregaciones, recibirán la confesión de quienes así quieran hacerlo.
La vigilia continuará toda la noche y así miles de fieles católicos esperarán la misa campal que el papa Francisco ofrecerá este 7 de julio.