En la Basílica de Santa Rosa, en Ambato, también se ubicaron dos pantallas gigantes para participar de la liturgia. Foto: EL COMERCIO
Un grupo de feligreses vivió con intensidad la misa ofrecida por el papa Francisco hoy, martes 7 de julio del 2015. En el interior de la Basílica de Santa Rosa, ubicada en el sur de Ambato, se colocaron dos pantallas gigantes para que los fieles siguieran de cerca la eucaristía del Sumo Pontífice.
Las puertas de la iglesia se abrieron a las 09:00. Poco a poco llegaban los feligreses con cuadros e imágenes del papa Francisco. Jenny Yagchirema, de 40 años, llegó con toda su familia a escuchar la homilía. “Nos reunimos para compartir espiritualmente la misa de Francisco. Sentí la misma emoción, fue como estar presenta allá en el parque Sesquicentenario”.
La mujer trajo en sus brazos a su hija Jenny de ocho meses de nacida. También le acompañaron Walter Galarza, su esposo, otro de los devotos católicos. La pareja no logró viajar a Quito para conocer al Papa, las ocupaciones laborales se lo impidieron.
Todos los 150 asistentes siguieron de cerca la liturgia en las pantallas gigantes que se ubicaron en el altar mayor. También comulgaron y rezaron.
Eloy Gavilánez, catequista de la parroquia, fue quien dirigió al grupo. Él, se encargó de entregar la hostia. “Invitamos a los feligreses a que participen de la misa y asistieron gracias a Dios. El Papa nos enseña a través de la humildad a compartir en unidad”.
Gavilánez dijo que el mensaje que más le impactó del papa Francisco fue: ‘El mejor vino está por venir’. “Eso significa que tendremos días mejores para nuestras familias y que todo el país estará unido dejando de lado ideologías políticas”.
En la Basílica de Nuestra Señora de Agua Santa, en Baños, también se ubicó una pantalla gigante para participar de la liturgia. Alrededor de 300 personas acudieron.